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¿Por dónde deberíamos empezar?

Lo más normal es empezar por el comienzo, ¿No?

Yoongi era una persona normal, si es que así podíamos llamar a alguien que apenas salía de su casa a comprar ramen y botar la basura, a cualquiera de sus vecinos se le preguntaba por el chico pálido del departamento 130 y solo decían que se la pasaba maldiciendo todo el día.

Que era exactamente la verdad.

Pero para Yoongi no era su culpa si no la del mundo —según él—, casi todo el tiempo hacían ruido, su música de mala calidad sonaba en todo el departamento, cuando se rompía algo en alguna casa donde había niños hacía eco, los vecinos de vez en cuando insisten en sacarlo de su cueva, pero siempre los manda al demonio, pero con educación. Lo único bueno era el gato que se colaba por su habitación y le hacía compañía la mayoría del tiempo, por alguna razón era el único de todos los animales que ha visto que no salía corriendo o le mordía.

Iba al Instituto porque estaba obligado, tan solo le faltaba este año y terminaría con su constante tortura, ¿Por qué dejar de ir ahora? Quitando el hecho de que sus padres lo matarían si no iba a la escuela al igual que dejarían de pagar su departamento. Definitivamente deseaba más ir a clases que quedar en la calle o volver con su madre.

Tenía amigos que lo soportaban con todo y el temperamento que se cargaba, lo sacaban de vez en cuando de su casa para alguna fiesta, alguna reunión entre ellos o iban a su casa claramente en contra de su voluntad.

No era bueno en clases y no respetaba a ningún maestro, pero sus notas eran apenas estables así que lograría pasar el curso. Apenas.

Sus padres lo querían pues era su hijo al fin y al cabo, su madre trataba de meterse en su vida siempre preguntando si ya tenía pareja o cuando le daría algún nieto, su padre aunque no era tan metido como su madre se preocupaba por él y le daba esas típicas charlas de padre e hijo que Yoongi trataba con toda su vida no escucharlas, tenía un hermano menor que se parecía un tanto a él, pero en cambio a personalidad su —no tan pequeño— hermano era más hablador que él aunque eso no evitaba que pudiese comunicarse entre sí.

Le gustaban los hombres, aunque no lo gritara al mundo cada que tuviese la oportunidad, sus padres lo sabían y lo aceptaban al igual que su hermano que estaba en ese mismo rumbo, una vez tuvo un novio que no le duró pues su actitud no fue la mejor cuando estaban juntos además de que aquel chico solo estaba con él para ser popular ya que Yoongi, aunque no fuese muy social, era muy conocido por otros.

¿Cómo era eso posible cuando vivía enojado? Junto a sus dos amigos iban a batallas de rap cada que su tiempo se lo permitía, eran buenos en ello, ganaban dinero, así como respeto, reconocimiento y muchas fans locas. Se había autoproclamado Agust D, el chico con una lengua tecnológica, según sus amigos y los que lo han escuchado rapear.

También mantenía una cuenta de Instagram —por así decir activa— gracias al consejo de uno de sus amigos ya que ahora era "reconocido" necesitaba una red social para volver más locas a sus fans si es que podía ser posible, antes pensaba que era aburrido y absurdo, pero ahora se divertía al leer sus comentarios como Agust D hazme un hijo, Agust D te hago de todo y no la tarea y otros que de tan solo recordarlos le causaba gracia.

¿Acaso debía pedir más? No se quejaba de su vida hasta ese momento en que ese chico de sonrisa geométrica se interpuso en su camino.

Él sabía que sus fans estaban un poquito —muy— locos y aquel chico se lo había confirmado, logró acercarse y ganarse a sus amigos para que lo ayudaran. Consiguió su número de teléfono, la dirección de su casa, sus horarios y todos los lugares que llegó a concurrir.

¿Cómo lo sabía? El mismo se lo había dicho cuando tuvo la oportunidad, también le había dicho que no sería fácil deshacerse de él y si sabía lo que decía, aún recuerda aquello como si fuese ayer.

Estaba durmiendo, como en la mayoría del tiempo, en la mesa de la cafetería mientras sus dos amigos hablaban de lo que parecía ser otra batalla o de que las papas estaban buenas, en fin, estaba concentrado en dormir tanto como pudiese, pero su intento de sueño fue interrumpido por dos voces —una voz aguda y la otra gruesa como la de un hombre mayor— que parecían querer llamar su atención cosa que no habían logrado aún.

—Oh, mira un Kumamon—fueron las palabras clave que el de voz gruesa había usado para que levantara la cabeza y buscará por todos lados en busca de ese Kumamon con las risas de fondo de sus amigos. Malditos.

Soltó un gruñido y miró a los dos chicos con toda la pereza que podía tener su cuerpo.

— ¿Que mierda quieren como para interrumpir mi sueño? —gruño sin importar quienes fueran, por cosas como estas sus amigos empezaban a preguntarse seriamente cómo es que tenía tantas fans cuando era un gruñón de primera.

Ni él sabía cómo.

—Que te cases conmigo y me hagas un equipo de fútbol—la cara de sorpresa no se hizo esperar, le sorprendía más el hecho de que un hombre le dijese que le diera un hijo como si aquello fuese posible. —Y lo voy a conseguir

Si tan solo no hubiese tomado eso como un chiste no estaría cerca de aquel chico quien ponía su mundo de cabeza.








♪♫*•♪

Espero que le guste y si alguna vez lo leen, gracias.

—Kim ♪   

Are you going to leave me alone? ➾ Yoontae/TaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora