Tela de araña

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Ser puta es como sacarse la carrera de Bussines & Marketing, el trabajo mental es el mismo pero hay una diferencia: El producto eres tú.

Scarleth

Un año antes en el despacho de Diablo...

—¿Te has vuelto loca?

Un sorprendido Diablo me miraba desde el otro lado de su mesa de madera de roble rojizo. Había dejado la copa de vino que me había ofrecido y si hubiera podido sonreír al ver su reacción lo hubiera hecho.

—Sabes que es una buena idea, Diablo. Me conoces y sabes que no te lo habría ofrecido de no ser porque sé que va a ser rentable para ambos.

Diablo se levantó de su asiento y se giró para ver como se escondía el día detrás de la noche, como habíamos hecho muchos de nosotros.

—Scarleth...

  —Te guste o no, soy tu huésped más rentable. Me sobra dinero cada mes incluso después de pagar la habitación de Lolo y algún que otro capricho. Soy buena con los negocios y nadie más que tú —proseguí mientras me acercaba y rozaba la espalda musculosa de mi futuro compañero de negocios— lo sabría.

Diablo se giró y me cogió la mano. Sé que quería más pero yo jamás se lo daría ni a él ni a nadie.

  —Te irás en cuanto puedas, lo sé.

Apreté su mano y la solté suavemente.

  —Tienes mi palabra de que mientras seas tú el director del hotel, seguiré aquí como siempre. En un año puedo tener el suficiente dinero como para ser accionista igualitaria y no estarías solo en toda la toma de decisiones.

Mi futuro socio se pasó las manos por la cara, signo de derrota y desesperación y se acercó a mí con un rictus serio, me cogió de ambos brazos y se quedó observándome como si fuera su primera vez. 

Tu jaqueca se llama Scarleth y va a doler mucho.

—Como siempre, en las sombras pero jamás previsible. Llegarás lejos, querida.

—Lo estático suele estar muerto o no funcionar.

—Haremos una prueba la próxima semana, debes ir con cuidado y sé que eres inteligente, pero por favor, no más sustos.

Me deshice de su amarre y caminé firme hacia la puerta sin mirar atrás. Si todo salía bien, no sólo podría salir de ese lugar, me haría un renombre y tendría el suficiente dinero estando en las sombras sin que nadie me jodiera.

Una semana... 

Hoy era el día

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Hoy era el día. Había pasado un mes exacto desde que dejé el hotel con un desquiciado Zar sin poder creérselo aún. 

Me había hospedado en un pequeño apartamento algo alejado del hotel. Era sencillo y cálido, algo que ahora mismo necesitaba para tener un ambiente agradable y poder pensar en mi siguiente paso.

No te enamores del Zar [WATTYS 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora