Por amor

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Cada día, mueren hermosas flores arrancadas de raíz mientras la mala hierba prolifera y se come todo lo demás. 

Viven de la luz que van absorbiendo a las almas puras de su alrededor hasta que las apagan.  

D.K.Brooks

Y la noticia corrió como la pólvora

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Y la noticia corrió como la pólvora. Todo el mundo comenzó a hablar de ello en el mundo de la noche e incluso pudo oírse algún que otro comentario al amanecer.

La serie de asesinatos no dejó indiferente a nadie. Todo el mundo creía, suponía, pensaba... 

Hasta que se dio la confirmación. El semáforo estaba en verde, la bandera bajada y toda suposición se convirtió en algo muy real.

Había un asesino suelto y se estaba cobrando otra víctima en aquellos momentos.

Las sirenas se oían por el barrio y varios agentes estaban en las entradas del hospital donde había la víctima del asesino.

Tapada con unas mantas, sentía un dolor en el pecho punzante que no llegaba a desaparecer por mucho que lo intentase. El monitor de signos vitales parecía haberse vuelto loco. Las pulsaciones subían y el ritmo cardíaco hacía que los pitidos fuera cada vez a más.

Cerré los ojos intentando separarme de todo mi alrededor y concentrarme. 

Por vez primera, recé a todos los dioses para que me estuviera equivocando, pero rara vez era así.

Por vez primera, recé a todos los dioses para que me estuviera equivocando, pero rara vez era así

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  Unas horas antes... 

  —No puedo seguir con ésto, creo que ya ha sido suficiente.

Como respuesta, sólo salió el humo grisáceo de su boca mientras se consumía el cigarrillo poco a poco entre sus dedos.

Lo único que se podía discernir, era esa pequeño fulgor rojo que se prendía más al inhalar la boquilla del cigarro. 

—Ya lo hemos hablado, no puedes echarte para atrás.

La mano libre que le quedaba me asió del cabello fuertemente. Me besó apasionadamente, con esas notas amargas que aún quemaban de las últimas caladas. 

No te enamores del Zar [WATTYS 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora