XXIV

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IMPORTANTE:

IMPORTANTE:

(+18) Este capítulo contiene escenas explícitas que tan sólo están permitidas para los mayores de edad y algunas mentes morbosas e.e JAJAJAJAJAJA

Espero que disfrutéis, siento el retraso -como siempre- y amadme por crear este hermoso momento entre Ethabril e.e Y si, ya tenemos ship :3

Dejadme comentarios para ver qué os parece, veréis un Ethan algo distinto a lo que estáis acostumbradas xd

Aun podéis formar parte del grupo de WhatsApp, mandándome vuestro número por privado e.e

Y también aun podéis pedirme que os dedique el capítulo en un comentario así que espero xdd

Os requeteamodoro bebés e.e

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Y como decía el dicho; una vez que eres egoísta, ya no puedes parar

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Y como decía el dicho; una vez que eres egoísta, ya no puedes parar.

No hizo falta más que el contacto de nuestros labios para que nos encendiéramos como una fogata en pleno verano, intensa, sofocante y de lo más abrasadora.

Aunque instantes después, tras disfrutar ambos ese esporádico beso y que Abril me separase casi como si le quemase mi contacto, creí haber cometido uno de los errores más grandes de mi vida. Nos quedamos mirando fijamente el uno al otro con la respiración ligeramente acelerada y con la boca entreabierta para dejar que se colase aire en nuestros pulmones.

Y cuando habían pasado unos segundos —de lo más eternos para mi gusto— Abril parecía haber analizado la situación y tomado una decisión, aquella que nos abrasaría durante toda la noche.

De un momento a otro sentí la mano de Abril en mi nuca y tras una casi imperceptible sonrisa de su parte volvió a pegar nuestros labios, creando de nuevo nuestra pequeña y arrasadora guerra personal. No necesite más indicios para pegarme a ella como si de ello dependiera mi vida, quería sentir el roce de su piel todo lo posible mientras nuestros labios parecían estar luchando en una batalla en la que, esta noche, no habría perdedores.

De un momento a otro nos encontramos en el apartamento de Abril, y mientras seguíamos manteniendo el apasionante contacto nos llevamos por delante todo lo que nos encontrábamos a nuestro paso, avanzando a un lugar desconocido para mí.

Sentí su mano acariciar mi cuello a la vez que iba pegándome más a ella, mientras que con su otra mano agarraba la hebilla de mi cinturón haciendo que mi calentura aumentase exponencialmente. Sus labios se movían al compás de los míos, como si tratase de unirlos para siempre, su respiración seguía igual de acelerada, o incluso más que antes y mis ganas de hacerle disfrutar no dejaban de crecer con el contacto de nuestros cuerpos. No podía evitar pensar en todo lo que estaba haciendo, por mínimo que fuera creí estar cometiendo un error, pero indiscutiblemente su boca apagaba cualquier idea de acabar con este pequeño juego.

60 veces por minutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora