XXXIII

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Volví a buscarla.

A pesar de haberme ido del concierto sin un motivo lógico ni aparente, a pesar de que Abril no me dijera nada malo, me sentía dolido y traicionado en lo más profundo de mi corazón.

Pero aun así volví a buscarla. Y ella ya no estaba.



(...)


Me desperté al día siguiente con el estómago revuelto y la cabeza a punto de estallar en mil pedazos. Por ello nada más levantarme de la cama, me tomé una aspirina y traté de recomponer las piezas de la noche anterior.

Y ahora que ya no me encontraba bajo los efectos del alcohol, me daba cuenta de lo realmente imbécil que fui y de lo mal que me comporté tanto con Abril como con mi ex novia.

Quizás si mi cabeza lograse encajar las piezas, quizás si entendiera todo el revoltijo de sentimientos que me acribillan, quizás y sólo quizás lograría la calma que necesita mi cabeza.

Y para ello me puse a recordar, si a recordar todo este día tan desastroso y a buscar el porqué.

Recuerdo perfectamente el concierto, a Abril disfrutando y yo sonriendo cual imbécil por estar viviendo uno de los mejores momentos de mi vida.

Después recuerdo el comentario, ese que hizo que todo se desvaneciera frente a mis ojos. Recuerdo las palabras exactas, más bien la ausencia de ellas en cuanto le confesé sin confesarle realmente lo que estaba sintiendo por ella y mi cabeza diciéndome que me detuviera, que no era el momento. Pero lo sentí, sentí ese no sé que que te quita cualquier barrera que tengas y te da la valentía necesaria para que te abras a la persona por la que sientes algo más que amistad.

No esperaba de su parte un ''Yo también siento lo mismo'' ni mucho menos, pero tampoco esperaba que lo ignorase como quien dice una tontería. Y fue por eso que me emborraché. No me daba cuenta de lo realmente embriagado que iba hasta que me ví tocando la puerta de Camila.

Mi cabeza estaba desconectada, era como si me estuviera guiando por algún tipo de mecanismo de estupidez y rabia y sentí que debía confirmar algo que llevaba un tiempo dando vueltas en mi cabeza; Abril se había colado bajo mi piel. Y lo peor era que pretendía todo lo contrario.

Así que besé a Camila, la besé esperando sentir algo, una chispa que me demostrase que no estaba perdido, que aún había esperanza para mí y que no estaba tan enganchado a Abril como pensaba. Que iluso de mi parte.

Pero después de haber cometido esa gran estupidez quedó confirmado lo que llevaba un tiempo sospechando; ya no estaba enamorado de Camila.

Y por consiguiente me estaba enamorando de Abril.
¿Cómo había acabado pasando esto? ¿En qué momento mi corazón dejó de caer por Cam y comenzó a latir con Abril? Por algún extraño motivo no quise pensar en ello, no quise indagar en los motivos en los que se basaban mis sentimientos, que no eran correspondidos.

60 veces por minutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora