XXXVI

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Y aquí tenéis la segunda parte del especial :3 

Gracias de nuevo y sí, va por enésima vez y las que os quedan JAJAJAJAJAJJ

Espero que lo disfrutéis tanto cómo yo al escribirlo y pues pronto volveré a actualizar.

Recordad votar y sobretodo comentar que amo leer vuestras impresiones. 

¡Ahora queda aun menos para que la historia acabe! Y no sé si reír o llorar.


Ya me quedo callada xd Aquí tenéis la segunda parte del especial, disfrútenlo amores:3

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—¡Mueve el culo Alex, vamos a llegar tarde! —alcé lo suficientemente la voz para que me oyera sin importar cual fuera la habitación en la que se encontrase.

Aún no me explico cómo puede ser que tarde tanto en arreglarse para una cena familiar. Sí que estaba en las reglas no escritas lucir de manera formal y elegante pero no decía nada de tener que vestirse como si te presentases a miss universo.


—Juro por Dios que si tardas un minuto más me voy y tendrás que aparecer sólo. ¡Oh! Y ya sabes muy bien que pasa cuando apareces el último y sin acompañante —reprimí una gran carcajada disimulándola con una pequeña sonrisa. A parte de la tradición de la vestimenta, ambos sabíamos muy bien que pasaba cuando aparecías solo y tarde; no había quién te salvase de la lenta e incesable tortura de mi querida madre durante lo que te quede de vida.


—Ya voy, ya voy —gruñó en respuesta mientras que se acercaba a mi arreglándose la corbata —No me hubieses dejado sólo ¿verdad? —el tono de inseguridad a la vez que de incertidumbre hizo que una gran sonrisa, aún más grande, se dibujase en mis labios.


—Por suerte no tienes que averiguarlo —le guiñé el ojo divertida mientras agarraba mi bolso y nos disponíamos a salir del piso, coger el coche y finalmente llegar a casa de nuestros padres. Aún no me acostumbraba a decir nuestros.

Mientras avanzábamos por el portal, mi mente comenzó a divagar en muchas direcciones.


Primero me di cuenta de lo guapo que estaba Alex, no era un guapo de chico que me atrae, sino un guapo de hermano al que nunca se lo reconoceré en voz alta. Y cuando procesé aquello me di cuenta de que é, por mínima que fuera, tenía una sonrisa dibujada en su rostro, y entonces recordé por todo el infierno que estábamos pasando.

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