Hola hermosas ¿Como están? Ya extrañaba poder saludaros :(
Sé que muchas personas no están de acuerdo con el final de la historia, lo respeto completamente ya que sabía que me arriesgaba a ello, pero siento deciros que así he decidido que sea. Suene cruel o no, lo siento pero no pienso cambiarlo.
Ahora que he dejado claro eso xd Tengo un regalo que como veréis en el título es un capítulo extra de 60vpm. ¿Por qué he decidido escribirlo? Pues la verdad porque extrañaba la historia, los personajes y a vosotras y como es San Valentín, pensé que era la mejor ocasión.
Por eso os he traído un fragmento de historia que he decidido escribir para este día del amor. Espero que os guste:3
Aviso: Está sin corregir ni editar, no he tenido tiempo y lo haré en cuanto encuentre un momento, ya que lo que me urgía era hacéroslo llegar hoy.
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«—De acuerdo, Ethan, cálmate y piensa bien en lo que quieres hacer —me dije a mi mismo esperado hacerme algo de caso».
Después de mucho tiempo iba a celebrar San Valentín con una diferencia abismal a la de todos los años; estaba solo. No tenía una pareja a la que llevarle un ramo de flores, salir a cenar y dar un romántico paseo por la noche. Sin embargo estaba Abril, la chica que temía todas estas cosas como si se tratase de una fobia. Y por esa razón pensaba hacerle cambiar de opinión.
— ¿Qué plan tienes para hoy? —le pregunté mientras disfrutaba de su rutina mañanera de correr de un lado a otro buscando cualquier cosa. Menos mal que tenía la cabeza agarrada al cuerpo sino la hubiese perdido más de una vez.
—Trabajar, después me paso por tu oficina para comer, luego tengo que ir a la peluquería a cortarme el pelo y si me da suerte llevar a Nuki a dar un buen paseo —respondió y supe entonces que no sabía en qué día estábamos. Perfecto, mi plan iba sobre ruedas. En cuanto Abril nombró a Nuki esta no dudó en venir corriendo y subirse a la cama de un salto. Se quedó observando a su dueña moviendo la cola hasta que me incorporé para cogerla en brazos.
—Tu y yo tenemos algo muy grande que planear —le susurré a la perrita a sabiendas que lo único que le apetecía en ese momento era lamerme la cara. —Así que come bien que necesitarás fuerzas.
En cuanto solté a la pequeña bola negra de pelo se lanzó a lamerme la oreja sin importarle en absoluto estar pisándome con sus patas de oso. A mi tampoco me importó y por las cosquillas que me hacía con sus bigotes no pude evitar echar a reírme.
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60 veces por minuto
RomanceUna chica con un trágico pasado. Un padre en la cárcel. Un jefe insistente. Una medio hermana obsesiva. Un chico realmente increíble. Una muerte que lo cambiará todo. Se aceptan apuestas, ¿Quién será el que no sobreviva?