DANIELA POV.
Me costó llegar aquí, el segundo destino estaba bastante lejos del primero, pero ahora tres semanas y media después, soy mas felicidad que cansancio por los viajes.
Es un pequeño pueblo pesquero, y cuando digo pequeño, es que hay más gatos y perros que habitantes, no creo que lleguemos a veinte vecinos. Todo lo que me rodean son casas sencillas y humildes, a excepción de dos chalets que están por la carretera que va rodeando la costa y que están a la entrada del pueblo, uno es de piedra y muy enorme, reliquia de algún indiano que habrá pasado de dueño en dueño, y otro de madera, mucho más pequeño pero se ve desde fuera que irradia lujo, aún mas con los dos coches Porsche que suelen entrar y salir diariamente por sus puertas. Estoy totalmente segura de que en alguno de ellos dos, se encuentra otro hombre bien parecidito a Yarel, al cual en casi tres semanas no me he cruzado, y confío en no hacerlo en el poco tiempo que me queda.
Me encuentro en Arou, en el concejo de Camariñas, provincia de A Coruña, en Galicia, mi actual casa tiene vistas completas al mar, me paso el día observándolo desde cualquier habitación de la casa. La casa tiene tres plantas. En la primera tengo la cocina, el comedor y el baño con ducha. En la segunda: un gran salón, una sencilla habitación y un pequeño baño con bañera. En la tercera y última, dos pequeña habitaciones y una terraza con vistas al mar y con un montón de flores que me ocupo de regar todos los días necesarios.
Zarpas suaves ha cogido afición a tomar el sol en la terraza aunque estemos aún a finales de abril, pero tiene percances con las aves, sobre todo con las gaviotas, que todavía son más grandes con el. Ya he explorado todo aquello que tenga alrededor a menos de una hora. Voy a las tiendas pequeñas del pueblo de al lado o al supermercado de Camariñas dos veces a la semana. Salgo a caminar dos horas diarias, acompañada por Calcetines, un perro mestizo de a saber que raza, pero grandón, parecido a un Golden Retriever, el fue adoptado por mi casera, me espera todos los días después de comer para dar nuestra caminata matutina por el paseo hecho de madera que rodea toda la costa, unos dos kilómetros, para tener de recompensa jugar en la playa con un palo durante una hora más.
-Quiero perros como tú futuramente.- Digo mientras le achucho los mofletes al can. El que me responde con un ladrido y sale corriendo a por el palo que le lanzo.
Cuando nazca el bebé, que ya está haciendo suyo cierto espacio en mi vientre, adoptaré uno o dos perritos de la protectora para que me lo cuiden, pero me da que para ello tendré que volverme a mudar de casa, o quizás, irme a Jerez, allí habría espacio suficiente como para diez perros.
Sigo pensando maneras de explicar todo esto de una forma coherente para cuando regrese con ya mi más que notable estado de embarazo, pero nada realmente bueno se me ocurre, todo suena a disparate aunque sea la verdad y realidad. Mirella planea irse en menos de dos semanas de viaje hasta que yo vuelva y demos juntas la sorpresa, que a más de uno le va a congelar la sangre. En su caso confío en que, aunque a Anker no le gustará la manera de empezar su historia, ya que fue una trampa, querrá al bebé como cualquier padre. En mi caso, me espero toda una batalla campal y un Dárian dando saltos de alegría.
YAREL POV.
Una semana y media, eso es lo que llevo en en Copenhague, intentando olvidarme de ella, claramente fracasando estrepitosamente, sin un ápice de conseguirlo, de echo cada día que pasa tengo más ganas de coger un avión a España, y revolver el país entero para encontrarla. Ninguna mujer me gusta, ni me llama la atención, ni me interesa, solo necesito que ella aparezca de nuevo en mi vida y me la desordene de nuevo. ¿Es tanto pedir?.
Aunque ella sea el ser humano más desesperante del mundo, mientras no me viole mi regla más importante como lo hizo Karina, lo de no querer hijos hasta que yo lo decida. Ahora mismo no quiero mas hijos, y como mínimo de aquí a diez años tampoco, o quizás nunca, pero la quiero a ella, me hace sentirme vivo y saca todas mis necesidades más primitivas.
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¡No! Es mio.
RomanceDesde que era pequeña siempre he querido tener unos pequeños pies corriendo por casa, el problema es que jamás he encontrado con quien hacer eso. Hace unos meses decidí que fuera así, pero sin necesidad de tener que hacerlo con alguien, criaría esos...