¡No! Es mio.

7.Otra vez tú.

YAREL POV.

Anker me confirmó que el asistiría con Mire, que en realidad es Mirella. Y que Ela, posiblemente asistiría también, pero con acompañante. Cosa por la que me ardieron las venas, y no sé a cuento de qué. Es una noche de placer más en todas las que tengo, las cuales no son pocas. Una mujer más que ha estado debajo de mí. Aunque no es como todas. No me ruega por nada. Ella me manda a mí. Es mi igual en femenino.

Hoy es fin de año. Me estoy dirigiendo al hotel para cerciorarme de que todo vaya bien. Voy con un esmoquin parecido al del otro día, tampoco voy con la misma pajarita ya que no la encuentro por ninguna parte. Es una de mis favoritas, aunque puedo comprar otra igual.

La gente empieza a llegar. La mayoría de las habitaciones del hotel esta noche están reservadas por los invitados, y algunas que reserve yo aparte, aunque la mía es la presidencial de arriba del todo con vistas a la ciudad.

Cuando veo a Anker salir de una limusina espero a que salga Mirella. Después sale Ian. Espera... ¿Ian?. No puede ser. Uno de mis más grandes "enemigos". Tiende su mano hacia la limusina y justo sale Ela. Entonces sí que me arden las venas. Esta noche estoy rodeado de mujeres solteras, con las que sí y no me he acostado. Disfrutaré de cualquiera de ellas, no voy a estropearme la noche por una chiquilla como Ela.

DANIELA POV.

Resulta que Ian y Anker se conocen. Y vamos los cuatro en la misma limusina. Mirella y yo llevamos dos vestidos que compramos aquí. El mío es azul oscuro, sin tirantes, y abierto en el lado izquierdo a mitad de muslo. Mirella ha optado por uno entero de color rojo oscuro y ceñido sin tirantes.

Cuando llegamos al hotel y vamos hacia el restaurante. Veo como Yarel entra rápido con cara de pocos amigos, pero la cambia al subirse al alto desde donde imagino que hablará. Cuando estamos todos sentados en la mesa empieza a hablar. Me doy cuenta de que en nuestra mesa hay dos sillas sin ocupar aún.

La digo a Mirella que pregunte a Anker.

-Cariño. ¿Quiénes se sientan ahí?.- Dice tocándole la mano por encima de la mesa. «Alerta carie», demasiada empalagosidad junta.

-Yarel y su acompañante.- Las dos asentimos. Ian es muy guapo. Tiene los ojos verdes. Sonrisa perfecta. Moreno de piel y de pelo negro. Metro ochenta y muy amable.

Cuando Yarel termina de hablar viene a la mesa. y por el camino coge a una chica de la mano y la trae, aunque por su cara ella no se lo esperaba, pero al ver que es el, sonríe como una idiota.«Rubia tenía que ser». Pienso. Aunque mi mejor amiga lo sea, y también sea bastante inteligente. Estereotipos de la sociedad.

Paso toda la cena hablando con Ian sobre a lo que se dedica, gustos, aficiones, cosas triviales vamos. Descubro que es de madre española y padre danés.

Yarel no para de lanzarle miradas de odio. Y está más atento a nuestras conversaciones que a la suya. La chica que ha traído tiene menos cerebro que un mosquito, solo se dedica a reír como una ardilla y asentir.

Después de la cena salimos a la terraza a tomar el postre. Y en ese tiempo despejan la sala para poner la música y demás complementos supongo. Damos la bienvenida al año nuevo a las doce, dos mil diecisiete ha llegado, aunque echo de menos besar a mi padre mientras mastico las últimas uvas que aún no me he tragado.

Después de bailar con Ian muy juntos, para mi gusto demasiado, y algunos hombres más que le pedían mi mano en las lentas, que me han parecido más de boda que de fiesta. Decido ir al baño, eso o me revienta la vejiga como a una abuelita.

-Mirella, voy al baño. Ahora vuelvo.- Ella asiente y sigue pegada a Anker. «Como una lapa y su roca».

Cuando entro al baño veo a dos mujeres. Están embutidas en dos vestidos negros demasiado ceñidos y cortos que casi no dejan a la imaginación, van más maquilladas que un payaso. Me doy cuenta de que me miran con asco.