25.Re-vuelta.

28.3K 1.7K 41
                                    

DANIELA POV.

Me despierto aún abrazada a Yarel, no se ha ido, suspiro por el olor y el calor que desprende su cuerpo. ¿Qué colonia usará para oler tan bien?. Es una mezcla dulce y mentolada que cada vez que tengo cerca me nubla los sentidos. Oigo una vibración de fondo, delicadamente aparto el brazo con el que me rodea Yarel, cojo mi querido iPhone de encima de la mesilla de noche, deslizo el dedo por la pantalla y me lo acerco a la oreja bajando la voz.

-Voy a abortar.- Dice Mirella de sopetón en cuanto la doy lis buenos días.

Me da una tos en la que creo morir por segundos, salgo sigilosamente de la cama completamente y entro en el baño.

-¿Qué vas hacer qué?.- Digo cuando estoy segura de que el Dino oído de Yarel no puede escucharme ya.

-No quiero tener el bebé.- Dice segura.

-¿Y por qué no?.- Pregunto mirando mi cara de alucine que se refleja en el espejo.

-Odio las náuseas de cada mañana, odio tener que tomarme todo el día pastillas, llevar una dieta que sea sana, y lo que peor, me voy a convertir en una foca.- Dice gruñendo prácticamente.

-Más grandes son las ballenas...- Digo intentando no carcajearme de mi propio chiste.

-¡Daniela!.- Grita al otro lado de la línea Mirella indignada.

-Vale vale. No creo que esas sean solamente las razones por las que te haya entrado la prisa de perder el bebé ahora.- Digo poniéndome seria.

-Amo a Anker, pero anoche estuvimos hablando, y me contó que no quería tener hijos hasta dentro de un tiempo.- Y eso hace que sepa porqué no quiere tenerlo sin necesidad de que me cuenta nada más, pero la dejo seguir.- Cuando supiéramos donde viviríamos. Y yo aquí estoy, con un mes de embarazo ya, y unas nauseas de una supuesta gripe, pero no me voy a poder pasar ocho meses más con una gripe, que por mucha plaga que haya en España, no la va a ver durante tanto tiempo.- Dice bajando un poco la voz.- ¿Y cuando me crezca el vientre qué ?. ¿Le digo que he comido muchas pepitas de sandia y a una la ha dado por crecer en mi útero?.- Con ese comentario me empiezo a a reír a carcajadas, resbaló por la pared de azulejos del baño hasta que mi culo impacta contra el suelo, que está realmente helado y traspasa mi fino pijama. Espero que este baño esté parcialmente insonorizado, porque sino, sé de uno que se ha despertado ya.

-Deja de reírte traidora. Dijimos que haríamos esto juntas, y la única con vómitos y muchos kilos que ganar por delante aquí, soy yo. Aparte de... ¡En qué cabeza sana cabe que después de salir del hospital te marches a un montón de kilómetros!.- Dice a grito pelado. Espero que no esté en la misma tesitura de su bello durmiente durmiendo al lado, porque estoy segura de que lleva despierto varios Segundos ya.

-Por eso no te preocupes, a mí tan querido amigo, le ha faltado tiempo para presentarse aquí.- Digo abriendo un poco la puerta para observar que mi bello durmiente, siga siendo durmiente.

-Ya lo sabia. - Dice como si nada. ¡Luego la traidora soy yo!.

-Hoy vuelvo a Madrid, después de reunión con el tutor de Dárian nos vamos a casa, y lo pensamos detenidamente. ¿De acuerdo?.- Noto como tose, Mirella es una esponja con los virus, cada vez que hay uno, ella lo tiene.

-De acuerdo. Pero no creo que me hagas cambiar de opinión.- Dice algo indignada.

Pongo los ojos en blanco, después de un intercambio de te quieros, cuelgo. Me levanto del suelo, me miro en el espejo y sonrío. ¿Cuando mi vida tomará un camino tranquilo sin ningún tipo de alteración?. Creo que eso siempre va a ser imposible.

Cuando salgo del baño Yarel aún parece estar dormido, con los primeros rayos de sol entrando por la ventana disfruto de unas vistas más que magníficas, y no precisamente las del amanecer, sino las de mi bello durmiente solo tapado hasta la cintura, boca abajo y con el ápice de una sonrisa dibujado en su boca, pero son vistas que no me deberían de importar. Pero cualquiera con dos ojos en la cara se le quedaría mirando por horas.

¡No! Es mio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora