Capítulo LX "Hurts like hell"

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"Amé, amé y te perdí y duele como el infierno..."

Tn.
Llevo caminando toda la noche de un lado a otro, él no estaba para la cena lo cual no es normal, no ha llamado desde la mañana y me preocupa que algo le haya sucedido.
El reloj en la pared marca las dos de la mañana cuando escucho un auto, y la puerta se abre, lo observo arrastrarse al sofá cómo puede, se tambalea y se tumba derrotado, me acerco a ayudarlo. Luce terrible, el cinturón del pantalón ni siquiera lo lleva puesto. Su cabello está despeinado y la expresión en su rostro es realmente deprimente.
—Logan ¡¿Qué ha pasado?!— intento acomodarlo en el sofá.
—Megan me dejó— dice de golpe. Su respuesta me toma por sorpresa.
—¡¿Qué?! ¡¿De qué estás hablando?! — estoy en completo shock.
—Rompió el compromiso— saca el  anillo del bolsillo de su pantalón. —Yo solo fui a beber...—murmura con dificultad.
—Pero ¿Por qué haría eso? — me preguntó qué la llevó a tomar esa decisión tan repentina si ella estaba muy emocionada con la boda.
—No lo sé — la expresión en su rostro hace que mi corazón se estruje—Ella solo me dejó sin explicación.
—Lo siento tanto— no sé qué decir así que solo lo abrazo con fuerza.
—Lo siento también, Tn— y por primera vez en años lo escucho llorar. Sus lágrimas caen en mí y no me importa, quisiera aliviar su dolor como él en ocasiones alivia el mío.
—Debe haber algo que puedas hacer para que te de una explicación, la mereces después de todo, puedo intentar hablar con ella si quieres...— antes de que termine la frase me interrumpe.
—¡No! ¡De ninguna manera! Ella no te dirá— su actitud me hace dudar pero no vuelvo a cuestionar. —No sé que hacer. Me siento perdido, soy un ratón en un laberinto. Quiero sacar este dolor de mi pecho.
—Estoy aquí para ti— me mira con los ojos cristalinos.
—No deberías, no lo valgo Tn.
—No digas tonterías, lo vales mucho. — lágrimas brotan de mis ojos —Eres un gran hombre, eres amable, bueno, guapo, con un gran sentido del humor y un corazón enorme, te mereces felicidad y nada más que eso. No dejes que cosas como está te hagan sentir menos porque no lo eres— mira al suelo cabizbajo — Eres increíble— levanto su cabeza por el mentón— Y cualquier mujer desearía tenerte en su vida — mi corazón late con rapidez, sus ojos cafés siguen soltando lágrimas.
—Me siento patético.
—No te sientas así, desahógate, llora, grita, saca todo lo que tienes dentro. No eres patético, solo te han herido y necesitas sacarlo del alguna forma.— me abraza como un niño asustado.
—Estaré aquí siempre, no te dejaré, lo juro— ahora soy yo quien tiene que darle palabras de aliento, soy yo la que lo hace sentir un poco mejor. Se siente tan bien que pueda ayudar aunque sea un poco.
—Puedes confiar en mí, yo seré tu hombro donde puedas llorar, soy tu mejor amiga, ¿No es así?— y el llanto comienza de nuevo, recargo mi cabeza en su hombro y acaricio sus manos que están tensas, éstas forman un puño que parece imposible de abrir, está enfadado consigo mismo, y con el mundo.

Después de un buen rato consigo relajar sus manos hasta que las abre y cesa el llanto, no dice nada ni hace ruido, solo escucho su respiración. No hay más palabras, ni maldiciones, no queda nada, se ha cansado de desahogarse.

—No te vayas de mi vida— susurra de pronto. —Si me dejas ahora sí no tengo nada...
—No lo haré.— aseguro —Unidos, ¿Recuerdas?
—Siempre— entrelaza sus dedos con los míos.
No sé cuánto tiempo pasa pero el termina acostado sobre mi regazo, y yo acaricio su cabello, comenzamos a hablar del pasado.
—Siempre fui idiota, ¿No?
—No, supongo que era tu manera de expresarte. No eras del tipo romántico y eso lo supe desde que te conocí, no podía esperar a que me dieras todo ese tipo de cursilerías.— sonrío al recordar.
— ¿Cómo terminamos aquí?
—No tengo idea, yo creía que me casaría contigo y ya vez lo que pasó.— me pierdo en mis pensamientos.
—Lo sé, lo arruiné en grande.— sonrío.
—No quiero que te tortures con eso, ya es pasado. Lo que sucedió hace años no tiene nada que ver con lo de ahora. — su expresión cambia a seria.
—Creo que ni siquiera mis padres tenían fe en mí, luego de toda la porquería en la que me tenían viviendo por su inestabilidad emocional, supongo que era de esperar que hasta el día de hoy no pudiera encontrar a alguien que me aguante el paso.
—Ya aparecerá, cuando menos lo esperes te darás cuenta de que quizá siempre estuvo frente a ti pero te enfocabas en ti que la pasaste por alto.— se levanta y se sienta a mi lado.
— Eso espero— beso su mejilla.
—Vas a ser muy feliz, y tendrás la familia que tanto deseas.
—¿Te he dicho que te quiero?
—Te quiero mil veces más.— acomoda un mechón de mi cabello detrás de la oreja.

ATY (Suspendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora