Capítulo LXI "Friends"

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"Los amigos duermen en camas separadas, y los amigos no me tratan como lo haces tú"

Han pasado dos semanas desde que Logan y Megan rompieron, él casi no habla al respecto y yo trato de no traer el tema a la conversación para no incomodarlo. Una noche lo atrapé mirando ese anillo con atención y una expresión de tristeza combinada con otra cosa que no logré descifrar.
Esa noche durmió de nuevo en su habitación, de algún modo siento que ha levantado un pequeño muro entre nosotros y no entiendo la razón.

Mason sigue con lo de su caso, al parecer se está retrasando, casi no lo he visto, solo una vez, salimos a comer y tuvo que regresar al despacho, he platicado con él sobre Megan y también está anonadado con el asunto. De Kendall no he sabido nada y tampoco de Kayslee lo cual me tranquiliza, los programas de chismes han dejado de hablar sobre las fotos escandalosas y él no ha dado declaraciones sobre ellas. Hace un tiempo que Scarlett dejó de preguntar por él, ya ni siquiera lo menciona, es como si no existiera para ella, lo cual me preocupa, Chelsea dice que es normal ya que hace mucho que no lo ve ni convive con él.
Hoy llegaré tarde al trabajo y he llevado a Scarlett al colegio, Logan está en su habitación y yo me encuentro pensando en qué haré.
El teléfono suena sacándome de mis pensamientos.
-Hola, ¿Logan?- contesta la voz masculina del otro lado del teléfono.
-Hola, no, soy Tn su compañera de piso- le respondo al hombre.
-Mi nombre es Peter, trabajo con Logan. Necesito hablar sobre un asunto de trabajo, ¿Podrías pasármelo?
-Sí, en un momento.
-Gracias- camino a su habitación y la puerta está abierta, llamo pero no contesta, entonces entro y no está, se supone que iba estar ahí "¡Qué extraño!".
-Logan...- murmuro pero no contesta.
Camino por su habitación, observo las fotos que tiene colgadas, en todo este tiempo viviendo juntos nunca he entrado a su cuarto, tiene fotos de la universidad, de la preparatoria, con su madre, con James pero ninguna conmigo, o eso creo cuando encuentro una en su mesa de noche, es algo vieja pero es del cumpleaños de Carlos, nuestra primera fiesta juntos.
Escucho ruidos y cuando volteo la puerta del baño se abre y el sale envuelto solo en una toalla, las gotas escurren por su cabello mojado y su pecho.
-¡Aahh! ¡Lo siento!- suelto un grito de terror, me cubro los ojos con la mano y le doy la espalda-Lo lamento, perdón yo no sabía que tú estabas así... - comienzo a hablar con rapidez que ni yo me entiendo- Peter, tú compañero de trabajo llamó. Toqué la puerta pero no respondías, estaba abierto y yo entré, lo siento tanto- me siento tan avergonzada, siento mis mejillas arder, debo parecer un tomate-Yo no quería, debí quedarme afuera, perdón.- escucho su risa, quiero que la tierra me trague.
-No te preocupes por eso, ya sé que no fue a propósito. Ya puedes voltear.- cuando abro los ojos ya trae puesta una camisa, aunque la toalla sigue cubriendo la parte baja de... No puedo ni siquiera pensar con claridad.
-Tu compañero...- hablo con dificultad y le entrego el teléfono.
-Gracias- toma el teléfono y el simple contacto de su mano con la mía me pone nerviosa.
-De... De nada- mis piernas tiemblan, lo miro de reojo y salgo con torpeza de su habitación, cierro la puerta y siento que me falta el aire.
"¿Qué ha sido eso?" Digo para mis adentros, no sé cómo expresar lo que siento, mis mejillas están ardiendo. Tomo una gran bocanada de aire e intento tranquilizarme, acomodo las cosas en mi bolso, necesito irme antes de que él salga, por alguna razón no quiero verlo, necesito alejarme de él, estoy a punto de terminar cuando siento que su aliento golpea con mi oreja.
-¿Te vas? Y sin despedirte de mí - susurra detrás de mí haciendo que los vellos detrás de mi cuello se ericen. Me sobresalto y me giró sobre mis talones a mirarlo.
-Iba a decirte- miento,-Pero no sabía si estabas hablando por teléfono aún. Chelsea llamó y me dijo que fuera- vuelvo a mentir- Tengo junta así que es urgente, debo irme- no puedo ni verlo a los ojos. -Te veo más tarde, nos vemos- quiero avanzar pero se queda frente a mí.
-¿No hay un beso de despedida?
-¿Beso?- mi corazón late con fuerza.
-Sí, en la mejilla- contesta dándome una risita- Como todas las mañanas- agrega como si fuera lo más obvio del mundo.
-Bueno...- no me deja terminar cuando me planta un beso en la comisura de mis labios, su tacto crea una corriente eléctrica que me recorre el cuerpo.
-Listo, ya puedes irte- siento el color rojo subiendo por mis mejillas de nuevo- Te veo en la noche.- puedo escuchar el sonido de mi corazón, me siento tan avergonzada.
-Adiós- es lo único que puedo decir con el corazón saliéndose de mi pecho.
Subo al auto con esa extraña sensación que no había sentido antes. Mis manos me sudan, las piernas tiemblan y las mejillas me arden como si tuviera fiebre. "¿Qué sucede conmigo?" Quisiera entenderme pero me es imposible.

ATY (Suspendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora