Capítulo LXIV "Holding On And Letting Go"

87 5 2
                                    

"Todo está bien, todo está malditamente bien".
Eso es lo que me repito unas veinte veces al día, intento convencerme de que todo está bajo mi control aunque no lo esté. El trabajo es mi distracción, lo único que me sirve para mantenerme ocupada.
Intenté más de una vez hablar con él y siempre recibí la misma respuesta —No hablemos de ello— desde aquella noche y aquél beso, mi corazón está inquieto, no me siento yo últimamente, los días son cada vez más largos, y las noches son aún peor.
Me evita todo lo que le es posible, intenta estar más ocupado y en ocasiones ni siquiera llega para la cena. Se encierra en su habitación después de llegar del trabajo, me esfuerzo para no darle importancia pero por dentro es como si me desangrara a morir.
Estar sola no me molesta, siempre lo estuve, cuando Kendall era grosero, frío, o simplemente no toleraba estar con su hija y conmigo me acostumbre a la soledad, me acostumbre a estar sin el calor humano, al principio dolía, pero años después aprendí a vivir con ello. Solo que esta vez es diferente, Logan me ha mal acostumbrado a su cálida presencia, a dormir cada noche juntos, a compartir nuestros secretos y grandes miedos, a ver el televisor por las noches, a encontrar refugio en sus brazos con un abrazo cuando las cosas no marchan bien.
Él cree que es agradecimiento lo que siento y es que en un principio yo también creí que lo era, yo pensé que no importaba el sentimiento y que era muy pronto para sentir algo por él, pero conforme pasaban los días era distinto, ansiaba con todas mis fuerzas la noche para platicar con él, reconfortó mi corazón cuando más herido estuvo, su calidez humana me hizo sentir viva, ya no era de piedra como cuando estaba con Kendall, ya no dolía esa herida, y podía enfocarme en seguir adelante.
A Kendall lo amé, lo amé más que a nada en el mundo, ¿Cómo no hacerlo? Si era el padre de mi hija, el primer hombre en mi vida en todos los sentidos, mi confidente y la persona que más que quería, sin embargo estoy consciente de lo destructiva que se había convertido nuestra relación. Había abuso tanto mental y en ocasiones físico como cuando me empujó al librero, cuando se formaban hematomas en mis muñecas  o cuando me insultaba tanto que lo abofeteaba y rasguñaba.
Nuestra relación iba en picada desde antes de descubrir su engaño, ya no me sentía segura con él, ambos dejamos que las cosas terminaran así. Yo seguía enamorada de la misma imagen de cuando nos casamos, y él había perdido el control con el poder que había obtenido. No nos entendíamos aunque lo intentaramos, y no pude ser capaz de darme cuenta de ello hasta que nos separamos.
Se ha perdido todo de Tn Schmidt, no queda mucho de ella conmigo. He vivido con esta versión extraña de mí por estos meses, Logan me ha ayudado a entender que lo malo no siempre lo es, solo son experiencias que nos toca vivir.
Lo que siento por él es diferente, muy diferente de la versión adolescente que en su momento fue intenso.
Me siento a salvo con él, no temo a nada estando a su lado, me hace querer mejorar día a día para sacar la mejor versión de mí, si lo necesito él está dispuesto a ayudar, y lo más importante es que  quiere a Scarlett como a nadie en el mundo.
Todo es diferente con él, todo es cálido, tranquilo, seguro.
Si tengo un mal día, él siempre está con sus bromas para sacar una sonrisa de mis labios, si Scarlett quiere jugar a algo, él es el primero en acceder, no pone pretextos y no es una molestia para él.
Ha madurado y para bien, no es el mismo y eso me queda claro, siempre le he querido después de todo, ha sido alguien importante en mi vida y nunca lo olvidaré.

.

Miraba a la nada perdiéndome en mis pensamientos.
—¿Por qué estás tan callada?— cuestionó Logan regresándome a la realidad de golpe.
—Lo siento, me distraje— sus ojos avellana me miraban con curiosidad.
— Estás muy pensativa— inquirió.—Si piensas en mí no me importaría....
—¿Qué te hace creer que lo hago? — lo miré divertida.
—Es mi intuición— sonrió ampliamente dejándome observar sus hoyuelos en sus mejillas.
—Amo esos hoyuelos— puse mis manos en su rostro.
—Son tuyos si los quieres— no necesitaba más, estreché mis labios con los suyos sin previo aviso y no tardó en correspoderme. Sus labios eran tan dulces y tan habilidosos, en un instante de descuido su lengua se abría paso en mi cavidad bucal, sus manos en mi cintura me atraían a su cuerpo, yo solo me dejaba llevar por la intensidad de sus besos.
—Te quiero— dijo jadeando después de separarse de mí.
—Te quiero más— besé sus labios de nuevo.
Así era estar con él, intenso, era como estar en una montaña rusa, nunca sabías que tanto podía subir y que tan rápida era la bajada. Yo regresaría ahí si pudiera, aunque eso no cambiaría las cosas del presente, los recuerdos no desaparecen y ahora que mi corazón late con fuerza cuando lo veo es como si nunca se fueran de mi mente.

ATY (Suspendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora