El Verano Solitario de Lily.
Lily se sentó en el césped, mirando el reflejo que dejaban las nubles en el lago, recostando su barbilla sobre una rodilla. Sólo había pasado una semana de verano y ya estaba lista para volver a Hogwarts. Estar en casa era mucho menos emocionante de lo que ella se había imaginado cuando estaban en el tren hacia Londres. Se había imaginado largas tardes bajo el sol al lado de Severus Snape, teniendo largas charlas acerca de los profesores y las nuevas asignaturas que les esperaban en Segundo Año. Había imaginado que Tuney finalmente olvidaría s su terrible ataque de celos y harían las paces, y así ella podría mostrarle a Tuney lo genial que podía ser la magia al usar los hechizos de Bruja Adolescente para cambiarse el cabello a colores alocados y peinados nuevos como ella lo había hecho con sus amigas en Hogwarts.
Sus expectativas cayeron en picada casi instantáneamente, cuando recibió la noticia, mientras estaban en el tren, de que los estudiantes no tenían permitido usar magia hasta cumplir cierta edad. Repentinamente, tener una suscripción en Bruja Adolescente se había vuelto más triste que emocionante. Petunia definitivamente no había mejorado con su problema de celos tampoco, lo cual fue instantáneamente evidente cuando decidió no acompañar a los Evans a recoger a Lily en la estación de King's Cross. Adicional a eso, Tuney había exigido tener habitaciones separadas y Lily llegó a casa con la sorpresa de que Tuney se había mudado a un cuarto más pequeño al otro extremo del pasillo y Lily estaba, una vez más, sola en una habitación hecha para más de una persona.
Pero lo peor de todo era que Severus no había estado exagerando ni un poco cuando había dicho que no estaría muy frecuente en casa. Lily había aguardado emocionadamente en su lugar de encuentro el primer día de verano, pero Severus no estuvo ahí esperando por ella como ella pensó que estaría. Tampoco estuvo los días siguientes. Lily tomó su bicicleta y paseó por Spinner's End para espiar en la casa de los Snape, pero las ventanas estaban oscuras y había silencio, y no vio señales de Severus por ningún lado. No tenía ningún otro amigo en casa, por lo que Lily pasó la mayor parte de su tiempo sola.
En una semana le escribió a Alice Bell no menos de tres veces, se leyó el tomo completo de La Historia de Hogwarts de principio a fin y tejió brazaletes de la amistad para cada uno de sus amigos –incluyendo uno para Remus Lupin, el cual no estaba segura si le entregaría. Se sonrojó con el simple pensamiento de darle un regalo a Remus, y rápidamente comenzó a tejer brazaletes para cada uno de los chicos de Gryffindor, pero tejer nudos en combinaciones coloridas se hacía aburrido con el tiempo y Lily decidió que no quería ocupar su tiempo con eso.
Las nubes en el reflejo le recordaron al espejo y las aventuras que había tenido con los chicos en la escuela. Eso la hacía extrañarlos incluso más. Se dejó caer en el césped soltando un suspiro, su cabello pelirrojo calló a todos lados alrededor de su cabeza, y cerró los ojos.
-¡Lily!
La aludida abrió los ojos y se sentó. Se había quedado dormida –aunque no recordaba haberlo hecho, la única forma de saberlo era porque el sol estaba mucho más oculto en el cielo de lo que había estado antes, y el lago estaba mucho más gris con la proximidad de la noche. Severus se acercaba a ella del otro lado de la colina, y Lily notó que su cabello estaba más largo y grasoso de lo que ella recordaba. El chico tenía su varita asomándose en el bolsillo de sus pantalones sucios que ya estaban muy cortos para él, dado lo fácil que era verle los tobillos.
-Hey –dijo él, sentándose a su lado- Esperaba que estuvieras aquí.
-He estado aquí todos los días esta semana –respondió ella.
-Lo siento. No estuve en casa.
-Lo sé, estuve por ahí.
-¿Por ahí? ¿En Spinner's End? ¿Por qué diablos fuiste para allá? –hizo una mueca.
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Los Merodeadores: Segundo Año
RandomJames Potter, Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew han culminado su primer año en Hogwarts, pero nunca hay momentos tranquilos en la vida de los Merodeadores y su segundo año promete estar cargados de tantas aventuras como el primero. Acompañ...