El Buscador de Hogwarts

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El Buscador de Hogwarts

-Es tu turno, amigo.

James había estado con la mirada fija en la chimenea, pensando, sin notar que Sirius había hecho su movida en el tablero de ajedrez, destrozando el pésimo caballo de James. Parpadeó un par de veces para concentrarse y miró el tablero, intentando integrar el significado de la posición de las piezas frente a él. Finalmente, sin lograr hacerlo, estiró la mano para dejar que su rey cayera a un lado en el tablero.

-Me rindo, estoy demasiado distraído para jugar bien.

Sirius alzó las cejas.

-Es la primera vez que no he perdido contra ti en el Ajedrez Mágico.

-Sí, bueno –James se encogió de hombros- Agradécele al Señor Tenebroso.

Peter, quien había estado observando el juego como un espectador de deportes, se dejó caer sobre los cojines del sofá y suspiró, mientras Sirius comenzaba a recoger las piezas y guardarlas en la bolsa.

-¿Aún estás preocupado por tu padre? –preguntó Remus, alzando la vista del libro de Historia de la Magia que reposaba sobre su regazo.

-Sí –dijo James- Aún lo estoy.

-Él estará bien –dijo Sirius.

-Eso no lo sabes –replicó James- Estoy seguro de que todos esos muggles también pensaban que estarían bien antes de que los volaran a pedazos esos seguidores del Señor Tenebroso, ¿eh?

El silencio se hizo presente entre ellos. Peter arrugó la nariz y Remus volvió a fijar su vista en el libro –era más seguro allí, leyendo sobre la Guerra de los Duendes.

-Un día, nos uniremos a la Resistencia y nos haremos cargo del Señor Tenebroso y sus seguidores. Luego de eso, no habrá nada más de que preocuparse –dijo Sirius, intentando dar consuelo a James.

James frunció el ceño.

-Me gustaría creer que el Señor Tenebroso estará muerto mucho antes de que seamos lo suficientemente mayores como para unirnos a la Resistencia.

-Quizás sí, quizás no –dijo Sirius- Y, además, incluso si el Señor Tenebroso es derrotado, no significa que no habrán más tipos malos de los cuales tendremos que encargarnos –se sentó en el sofá junto a Peter y golpeó con su puño una almohada un par de veces antes de acurrucarse en ella, dejando caer sus piernas sobre el regazo de Peter- Y mientras tanto, al menos no necesitas preocuparte de que tu papá es quien esté haciendo todos esos desastres allá afuera. Tú sabes que es un buen tipo –la peor pesadilla de Sirius se había convertido en la figura de su padre derrotando a Charlus Potter. James jamás lo perdonaría si su padre era la razón de la muerte del Sr. Potter, como lo había sido para los Bell. Sirius aún temía qué pasaría si Derek descubría que había sido Orion Black quien había asesinado a sus padres...

Como si lo hubiese convocado con el pensamiento, Derek Bell apareció de repente detrás del sofá. Tenía una cara larga y solemne.

-Hey, Potter. ¿Puedo hablar contigo?

James alzó la vista, sorprendido.

-Sí, claro –se levantó del suelo, intercambiando miradas extrañadas con Sirius, y siguió a Derek, quien le hacía señas de que fuera con él al corredor. Atravesaron el agujero del retrato y tan pronto como la Dama Gorda se cerró, Derek se volteó para encarar a James y tomó una respiración profunda.

-No sé si ya te enteraste o no, pero Alex Tinnamin fue sacado de la escuela.

-¿De verdad? –Preguntó James, impactado- ¿Por los ataques?

Los Merodeadores: Segundo AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora