El Catálogo de Elfos Domésticos
Remus entró a la cocina lentamente, mirando alrededor tentativamente. Los últimos once meses en casa habían hecho un gran cambio en la casa de los Lupin. Lyall, cuyas habilidades domésticas eran bastante escasas, había estado viviendo en un mar de júbilo, parecía, y Remus no estaba seguro de cómo tomárselo. Había tenido una idea de que se conseguiría algo como eso cuando vio a su padre esperándolo en la Plataforma 9¾ con el rostro sin afeitar y ropa holgada que ya no era sostenida por su delgado cuerpo –pero fue mucho peor de lo que se había imaginado. Bandejas de comida para llevar de un restaurante muggle estaban esparcidas por las encimeras, y sólo servía una bombilla de las cuatro que debían iluminar la sala. Era claro que su padre había intentado mantener la casa, pero sin mucho éxito.
-Yo, eh, no tuve tiempo de limpiar mucho –murmuró Lyall.
Remus contuvo la urgencia de decir algo grosero como "no me digas" o "si no me dices, no me doy cuenta", y sólo asintió lentamente, entrando por completo a la cocina, inseguro de si se atrevía a bajar la mochila de sus hombros. El suelo se sentía un poco pegajoso y había pisadas viejas de las salidas y entradas de Lyall. Su madre dejaba en suelo resplandeciente, recordó, tan reluciente como un diamante. No era inusual, en aquellos días, bajar las escaleras y encontrar a Hope Lupin agachada de rodillas y manos, limpiando el suelo. Le daría un infarto de verlo en ese estado.
Lyall agitó su varita a la mesa para sacar una silla.
-¿Tienes hambre? –preguntó, con voz dudosa.
Remus miró a las cosas amontonadas sobre la mesa.
-Tal vez.
Lyall parecía un poco perdido.
-Voy, eh, usé el hiléfono de tu madre para llamar al pub de la cuadra... Traen la comida hasta tu... Justo hasta tu puerta. Debes pagar con dinero muggle, pero obtuve un poco en Gringgot's y... -se pausó- Hacen un sándwich de pollo muy bueno.
-Yo puedo cocinar algo, papá –sugirió Remus.
Los ojos de Lyall se mostraban tristes.
-Acabas de volver a casa –dijo. Pero por la manera que lo dijo, estaba claro que ansiaba el regreso de Remus por esa precisa razón.
-Está bien –dijo Remus- No me molesta hacerlo.
-No tengo nada aquí que se pueda cocinar... -dijo Lyall.
Remus negó con la cabeza.
-No hay problema, puedo ir al pueblo y comprar algo. ¿Todavía tienes algo de ese dinero muggle?
-Sí -asintió Lyall y buscó en sus bolsillos, intentando encontrar el pequeño monedero, desatando las cuerdas y dejando un par de monedas, billetes y otros objetos extraños sobre la mesa. Varias monedas rodaron y Remus las capturó en la palma de su mano. Les dio la vuelta- Tengo un par de liberas.
-Son libras, papá –le corrigió Remus- Libras esterlinas.
Lyall asintió.
-Cierto, cierto. Libras.
Remus miró el dinero. No era mucho, pero podía servirles por ahora. Lo tomó todo y lo guardó en su bolsillo.
-¿Qué crees que te gustaría comer? –preguntó.
-Cualquier cosa menos pollo –respondió Lyall, una expresión de alivio apoderándose de su rostro- Lo que sea menos pollo.
Remus asintió y alzó su mochila rápidamente, sacándola de sus hombros.
-Bien, papá, volveré pronto.
Lyall parecía bastante agradecido.
-Me alegra que estés en casa, hijo mío –dijo con sentimiento.
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Los Merodeadores: Segundo Año
RandomJames Potter, Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew han culminado su primer año en Hogwarts, pero nunca hay momentos tranquilos en la vida de los Merodeadores y su segundo año promete estar cargados de tantas aventuras como el primero. Acompañ...