Sólo una Discusión

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Sólo una Discusión

Severus Snape estaba fuera de la sala común de Gryffindor, discutiendo con el retrato de la Dama Gorda, cuando Lily y Remus llegaron a la torre.

-Te lo estoy diciendo, ¡es mi mejor amiga! Ella quiere verme, si solo abrieras la estúpida puerta y la llamaras, ella saldría para hablar conmigo. No es que yo necesite entrar a su estúpida sala común. ¡No quiero entrar, quiero que Lily Evans salga! –decía Severus.

-Lo siento, ¡pero es imposible! –refutó la Dama Gorda, agitando un abanico frente a su rostro como si tuviese calor, a pesar del frío que hacía en el pasillo.

Severus apretó sus puños.

-¡No es imposible! –Bramó- Pero tú eres una incompetente y vieja...

-Severus –dijo Lily molesta.

Severus se dio la vuelta para ver a Lily y Remus entrar al pasillo. Su furia solo empeoró cuando notó que estaban tomados de la mano, con sus dedos entrelazados de manera íntima.

-¿Lo ves? –Canturreó la Dama Gorda tras él- Sí era imposible que ella saliera hablar contigo, dando que ella nunca estuvo adentro en primer lugar –se reacomodó en su silla, ciertamente complacida de su victoria.

Severus estaba a punto de echar chispas.

-¿Dónde has estados? –Demandó él- Te he buscado en todas partes.

-Obviamente no en todas partes –respondió Lily con frialdad.

Severus apretó sus dientes.

-Lily, tenemos que hablar.

-No tengo nada que decirte.

-Claro que sí, sólo lo haces todo más complicado.

La Dama Gorda aclaró su garganta.

Severus se dio la vuelta para encararla.

-¡Deje de presumir! ¡Ni siquiera sabía que no estaba adentro hasta que apareció aquí!

-Deja de gritarle –demandó Lily.

-Gracias, cariño –le dijo la Dama Gorda a Lily, hablándole con ternura. Se volteó hacia Severus y le sacó la lengua.

-Si todavía estás molesta conmigo por lo del verano, tendrás que superarlo ya –dijo Severus- Ya te lo dije, no es mi culpa no haber estado en casa para ir al lago contigo y hablar tonterías. Tenía cosas que hacer, cosas importantes.

Lily estaba indignada por la insinuación de que pasar tiempo con ella ya no era considerado importante, pero no se permitió admitirlo frente a Severus. Al contrario, respondió con honestidad:

-No estoy molesta por lo del verano. Estoy molesta porque me espiaras con Remus esta mañana. No quieres pasar tiempo conmigo pero también odias que esté con alguien más. No puedes tener ambas cosas.

Severus gruñó.

-No odio que estés con otras personas, odio que estás con ellos –aclaró, señalando a Remus- ¡Él y el resto de esos estúpidos chicos de Gryffindor con los que se junta! Sirius Black y ese... Potter –dijo los nombres con una increíble cantidad de odio en su voz- No me molesté cuando te vi con Alice Bell, ¿o sí?

-No, pero ella está muerta, ¿no es así? Porque el Señor Tenebroso la mató –dijo Lily con enojo.

-El Señor Tenebroso no la mató –argumentó Severus.

-Sí lo hizo. ¡Por eso ella está muerta!

-¡El Señor Tenebroso tiene mejores cosas que hacer que salir a matar adolescentes!

Los Merodeadores: Segundo AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora