9. Ciudadela

86 7 2
                                    

Una vez llegaron a la Ciudadela, aparcaron el coche y príncipe y consejero se dirigieron hacia la entrada del edificio donde, a parte de muchos otros soldados de guardia, se encontraba esperándoles el capitán de los Glaives reales: Drautos.

-Le esperábamos Alteza.- Saludó con una leve reverencia respetuosa cuando Noctis estaba lo suficientemente cerca como para que le pudiera escuchar.

-Hacía años que no te veía, Drautos.- Le devolvió el saludo el chico. Drautos asintió e inmediatamente después se dirigió a Ignis.

-Ignis, ¿dónde está el coche?

-En el aparcamiento.- Se limitó a responder.

-Se lo agradezco. Cuando termine con sus asuntos aquí, ¿volverá a casa, príncipe Noctis?

-Esa es la idea.

-Entendido. Dispondré de alguien que os lleve.- Resolvió el capitán. Noctis se lo agradeció.

-Por cierto, Ignis, asegúrate de estar disponible todo el tiempo. No puedo aseguraros cuando Su Majestad estará disponible para recibiros, según su agenda.

Ignis intentó ocultar su sorpresa, sin mucho éxito. Cuando concertaron la audiencia para esa mañana, no imaginaban que fueran a surgir imprevistos de este tipo. No era que la fueran a retrasar, sino que en realidad ni siquiera sabían si iba a poder recibirles.

-¿En serio? ¿Qué problema tiene con recibirnos ahora?- Comentó Noctis sin creerse lo que acababa de oír, ya de mala leche.

-Su reunión probablemente esté durando más de lo que anticipó.- Continuó el capitán ignorando la impertinencia del príncipe.- Espero que Su Majestad tenga tiempo de veros antes de vuestra partida mañana.

Los tres se quedaron en silencio. El principal motivo para volver a la Ciudadela no era recoger las cosas del cuarto de Noctis que fueran a necesitar para el viaje, era que pudiera ver a su padre antes de que tuvieran que marcharse hacia el lugar donde se casaría y cambiaría su vida como la conocía hasta el momento. Para él y para todos.

-Capitán.- Dijo Ignis rompiendo el silencio.- ¿La fecha de la Firma está aún sin decidir?

-Por desgracia sí.

-Por desgracia, desde luego...- Dijo Ignis dejando escapar un suspiro de preocupación.

-Entiendo tu inquietud, pero el rey Regis dijo que prefería proceder con cautela.

-Por supuesto.- Afirmó Ignis.

Tras unas palabras de Drautos en el que les confirmaba que les haría saber cuándo podrían ver al rey tan pronto como él se enterase, Noctis e Ignis entraron en el interior de la Ciudadela, dónde fueron a parar a un enorme y lujoso recibidor de paredes en mármol oscuro y adornos dorados.

Según entraron, no les costó reconocer a Iris hablando con el tío de Ignis, uno de los sirvientes del rey.

-¿No hay posibilidad de verle?- Preguntaba Iris con tono desanimado.

-No por ahora... tu padre está aún en la reunión- Le explicaba el sirviente a Iris cuando vieron como se acercaban el príncipe y su consejero.

-¡Oh, Noct!

El príncipe saludó a la chica y él e Ignis se pusieron a su lado.

-Hey, Señor Scientia ¿está mi padre por ahí?

-Me temo que su audiencia tendrá que retrasarse. Tiene mis más sinceras disculpas, Su Alteza.

-No te preocupes.

SomnusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora