23. Malas noticias

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La mañana se despertó algo nublada, con la lluvia amenazando con caer sin ningún tipo de miramiento. Una brisa fría y húmeda penetraba en su interior calándoles hasta los huesos. Nada que ver sin duda con el fabuloso día de sol anterior.

Noctis se despertó con la vista del mar, una palmera y una zona rocosa que terminaba en el agua. A pesar del tiempo nublado, una verdadera maravilla de lo más relajante.

-Buenos días.- Saludó Prompto. Había un tono preocupado en su voz, pero Noctis estaba demasiado dormido todavía como para notarlo.

-¿Dónde está Ignis?-Preguntó al ver que era el único que faltaba en la habitación.

-Estará al caer.

Pasaron escasos minutos cuando Ignis apareció por la puerta y se quedó mirando al príncipe con cautela. Gladio se acercó a él con cierta prisa, como si hubiera estado esperando algo. El príncipe no sabía qué pasaba, pero sabía por la expresión de sus amigos que algo no iba bien.

-¿A qué viene esa cara?- Se decidió a preguntar finalmente.

Gladio le tendió la mano a Ignis para que le pasara el periódico que traía consigo.

-Sale en todos los periódicos.-Dijo simplemente.

-¿El qué?- Quiso saber el moreno. Estaba empezando a preocuparse.

-"La caída... de Insomnia".- Leyó Prompto el titular principal.

-¡¿Qué!? ¿Estás de broma o qué?- Quiso saber el príncipe sin poder creerse lo que acababa de escuchar.

-Tranquilo, deja que te explique.- Se adelantó Ignis intentando calmarle.

-¡Mira si estoy tranquilo!- Gritó acercándose a él.

-Nos han atacado... El ejército de Nilfheim ha tomado Insomnia.

-"Anoche, en el transcurso de la firma del tratado, varias detonaciones sacudieron la Ciudadela. Tras la confusión, el rey fue hallado... muerto."- Leyó Gladio con voz pausada.

-No, espera...

-Nadie nos puso al corriente.- Afirmó Ignis.

-¿Qué? ¿Al corriente de qué?

-De que la ceremonia era anoche. De que Insomnia...

-¡¿Y la boda qué?! ¡Y Altissia!- Noctis estaba empezando a desesperarse poco a poco. No entendía nada de lo que estaba pasando, o al menos su cabeza estaba lo suficientemente bloqueada como para aceptarlo.

-¡Ya sé que es absurdo! Pero todos coinciden en la noticia. No puede ser que se inventen lo de la invasión.- Intentó explicarle Ignis.

-No puede ser... Mienten...

-Ojalá.- Sólo fue capaz de decir Prompto.

Noctis se sujetó del sillón de la habitación que tenía frente a él. De alguna forma, temía que si se soltaba perdiera el resto de las fuerzas que le quedaban tras recibir la noticia.

Gladio suspiró mientras apartaba el periódico de su vista. Parecía tranquilo, debía parecer tranquilo, pero su puño estaba cerrado fuertemente, seguramente como salida de sus propios sentimientos y preocupaciones. Pero debía mantenerse fuerte, era el Escudo de Noctis, era el momento de ser un pilar en el que pudiera apoyarse. Debía mantenerse sereno.

-¿No dicen nada más?- Preguntó al de gafas finalmente. Ignis negó levemente.- Vamos a tener que comprobarlo nosotros mismos.

-O sea, que regresamos a Insomnia.- Se aseguró Prompto.

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