Insomnia, ciudad capital del reino de Lucis, era el último bastión que le quedaba al Imperio de Nilfheim por conquistar del continente. La razón por la que la ciudad no hubiera sucumbido aún ante sus potentes y terroríficas armas e inhumanos soldados, era gracias al poder del Cristal. La Santálita: generadora de un enorme muro que cubría con su poder todo el cielo de Insomnia en una cúpula protectora. Esto, junto con el poder del monarca, el rey Regis Lucis Caelum, mantenía la ciudad a salvo de invasiones externas y los terrores de la noche, los cadentes.
Gracias a todo esto, la gente podía hacer vida normal en su interior. Tener su familia, ir a sus trabajos, a sus colegios... En uno de ellos, un colegio público normal y corriente, unos chicos charlaban animadamente mientras un niño rubio, con gafas y sobrepeso observaba las fotos de su cámara tranquilamente sentado en la última fila de la clase. En uno de los puntos álgidos de la conversación, uno de aquellos niños chocó con él. Se disculpó inmediatamente con el rubio, pero ante la cara estupefacta del grupillo,éste ni se inmutó y siguió observando las fotos, todas de diferentes animales que iba viendo por la ciudad de camino al colegio o a su casa.
Poco tiempo después, el niño decidió salir a airearse un poco al pasillo. No estaba mucho más vacío sin embargo. Al fondo, un pequeño tumulto se había reunido alrededor de un niño de cabellos negros y postura indiferente.
-Noctis, ¿cuántos criados tienes? ¿Cien?
-¡Seguro que más! ¡No por nada es el príncipe!
-¿Entonces cuántos?
-¿Mil?
El rubio se quedó mirando al príncipe con curiosidad. No sabía la verdadera razón por la cual alguien de la casa real de Lucis, iría a un colegio público tan normalito pudiendo ir a uno de élite o tener incluso a su propia institutriz. Sin embargo, parecía que el rey había preferido que creciera en un ambiente lo "más normal posible" y una de sus soluciones para ello, había sido esta. Sin embargo, el príncipe no parecía terminar de estar a gusto. Aunque se pasara por un estudiante más, seguía siendo el príncipe, lo que siempre causaba un extra de atención y cuidado sobre él; factor que no parecía tenerle muy a gusto. Así que, cansado de las vocecitas de su alrededor que intentaban ganarse su amistad (o quien sabía si algo más con vistas a un futuro), se dio la vuelta y empezó a caminar por el pasillo en dirección contraria.
-¡Príncipe Noctis!
-Voy al baño.- Contestó. El niño rubio de gafas se apartó levemente para dejarle pasar y suspiró viendo como se alejaba.
Pocas horas después, ya a la tarde, volvió a su casa caminando por las solitarias calles residenciales de Insomnia. Iba fotografiando todo lo que captaba en él un mínimo interés en aquel atardecer que iba tiñendo de naranja el camino hacia su hogar. Pero algo fue diferente en la monotonía: un pequeño cachorrito de perro trataba de caminar con una patita herida pasando justo frente a él. A penas se dio cuenta de su herida cuando estaba a punto de sacarle una foto y, sin pensárselo dos veces, cogió al animalito con cuidado y le vendó la pata con su pañuelo. Volvió a dejar al animalillo en el suelo, pero se sentó cabizbajo y no continuó andando. Rápidamente dedujo que podría tener hambre y, guiado por su corazón bondadoso, cogió con cuidado a la perrita y la llevó a su casa donde la alimentó, la bañó y le dió un nombre: Bolita.
Desde ese momento, el chico empezó a tener un incentivo para llegar pronto a casa. En cuanto sonaba el timbre que anunciaba el final de las clases, salía a toda prisa aprovechando su situación privilegiada al lado de la puerta. Corría hacia su casa (acción a la que no estaba muy acostumbrado y que le costaba debido a su situación física, no muy saludable) y al abrir la puerta se encontraba a Bolita esperándole contenta de volver a verle. Pasaban las tardes juntos y por las noches se llevaba a la perrita a su habitación a dormir en un cojín a los pies de su cama.
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Somnus
FantasíaEn un mundo en guerra donde los días cada vez son más cortos y las noches traen consigo a los monstruos, el Príncipe de Lucis y sus acompañantes lucharan por traer la luz de nuevo a sus días en un viaje memorable... para bien y para mal...