Somnus

12. Hermana pequeña

Nyx corría por los pasillos de la Ciudadela tan rápido como pudo. "No puede ser cierto... No es posible...¡Tiene que ser una equivocación!" se repetía constantemente a sí mismo.

-¡Apártate ahora mismo! ¡Mi amiga está ahí dentro, joder!- Escuchó gritar a Libertus mientras se acercaba.

-Señor, debe esperar a que acaben de examinarla.

-¿Examinarla por qué?, ¡¿Qué mierda le ha pasado!?- Continuó gritando mientras hacía a un lado al doctor que le impedía el paso al interior de la sala.

-Eh, eh, vamos tío, tranquilízate- Intentó calmarle Nyx, sin mucho efecto.

-Estos tíos han metido ahí dentro a Crowe y no me cuentan nada. ¡Ni siquiera me dejan verla!

Nyx asintió levemente en silencio y Libertus siguió con su tarea de abrirse paso con las muletas a la fuerza, aún a pesar de tener detrás a Nyx intentando evitarlo.

-¡Espera!- Intentó retenerle su amigo, pero ya era demasiado tarde. Libertus entró al interior de la sala para detenerse en seco al acto.

En la enorme sala, llena de camillas, Crowe yacía tumbada y metida dentro de una especie de saco de telas negras mientras un foco de luz blanca iluminaba su figura. Los dos médicos que la estaban examinando se hicieron a un lado mientras Libertus y Nyx observaban el cuerpo inerte de su amiga.

Libertus dejó caer sus muletas y se acercó cojeando hasta ella con el llanto anudado en el pecho.Se acercó a ella y le puso la mano en la frente mientras observaba lo único que quedaba al descubierto: su pálida tez de un tono grisáceo que acentuaba el recorrido violáceo de la vías donde antes corría su sangre. Los labios amoratados, los ojos sin color y con unas extrañas manchas negras que caían como lágrimas por debajo de sus ojos y recorrían sus mejillas.

Libertus no pudo más, y rompió a llorar mientras los tres médicos y Nyx, como petrificado en la puerta, observaban la escena.

Al cabo de un rato, ambos salieron fuera y se sentaron en el patio, cabizbajos y pensativos. Sin ser capaces de creerse que Crowe ya no volvería a estar entre ellos.

Drautos se acercó por detrás despacio, con una caja entre las manos. Al sentirle, Nyx se giró hacia él, al contrario que su compañero, que no era capaz de levantar la mirada.

-Las pertenencias de Crowe.- Dijo refiriéndose al contenido de la caja y entregándosela a Nyx.- Encárguense de ellas.

-¿Qué tipo de misión le enconmendó realmente?- Quiso saber Libertus.- Un Glaive no caería así durante una escolta rutinaria.

-No dejaré que el armisticio interfiera en la investigación...- Contestó simplemente-....Era una buena soldado. Averiguaremos qué le ha pasado.- Dijo antes de marcharse y dejar a los dos amigos solos.

-Vaya una vida, ¿eh?- reflexionó Libertus.- Huérfana desde niña. Se fugó de su pueblo... Recuerdo la primera vez que la ví. Canija hasta los huesos, mugrienta, sin nadie en el mundo... Pero su mirada... Joder... Siempre hubo algo en sus ojos que...- Sollozó. Estaba roto por el dolor en su interior.- No se merecía esto... ¡Y yo hubiera dado lo que fuera por...!- Las lágrimas ya desbordaban sus ojos sin poder controlarse. De repente, en un arrebato de rabia, se llevó la mano al brazo y se arrancó la insignia de los Glaives de la chaqueta del uniforme, tirándola lejos. Se levantó a duras penas con un gemido de dolor al forzar la pierna, cogió sus muletas y se dirigió hacia fuera del patio. Nyx al verle así, no pudo más que hacer lo mismo, siguiéndole.

-Libertus...Espera.- Dijo colocándose frente a él para detenerle.- Crowe murió siendo una Glaive, no nos abandones si quieres honrar su memoria.