Somnus

14. Aliados y enemigos

-¡Primera unidad, asegure el perímetro! ¡Segunda unidad, mantenga la posición!- Gritó el jefe de las fuerzas de seguridad tras escuchar las explosiones de fuera. Sin embargo, poco tiempo tuvieron para reorganizarse, porque a los pocos minutos, diferentes soldados del Imperio ya habían llegado hasta la antesala que custodiaba el cristal y un cruento intercambio de espadas, balas y golpes empezó a sucederse sin cuartel.

En el barco volador en el que se encontraban los glaives, en cambio, la situación no era mucho mejor. Nyx corrió hacia Pelna y la princesa a sabiendas de que la cosa no iba a acabar bien.

-¡Pelna!- Gritó, pero casi no le dio tiempo a más, pues un tentáculo empezó a asomar por el pasillo izquierdo a ellos.

-Aquí tienes a Su Alteza sana y salv...- No le dió tiempo a terminar, pues el tentáculo le cogió y empezó a golpearle sin piedad contra las paredes hasta matarle. Nyx cogió la mano de la princesa y echó a correr en dirección contraria intentando huir de aquel monstruo.

Por otro lado, en Insomnia reinaba el caos. No solo el tratado había acabado en no firmarse, sino que ahora era un auténtico conflicto armado en plena ciudad. La gente corría enloquecida y asustada de un sitio para otro. Sólo los miembros de la resistencia parecían tranquilos.

***

-¡¿Qué está pasando!?- Quiso saber Nyx a través del interfono.

-¡Están atacando Insomnia!- Informó Drautos.

-¿Quién os trajo aquí?- Preguntó Nyx a la princesa

-El general Glauca.- Respondió.

-¡Os han utilizado! Atraernos hasta aquí era parte de su plan.- Explicó mientras corrían huyendo del monstruoso cefalópodo que les seguía.

***

Los hombres de las fuerzas de seguridad seguían intentando proteger la antesala que guardaba el cristal, pero el Imperio les superaba en número y no tardaron en reducirles, hiriéndoles y robarles la tarjeta de acceso. Entraron rápidamente y colocando unos explosivos en un par de lugares estratégicos, consiguieron abrir la puerta de la sala que les llevaba hacia el codiciado cristal.

***

-Objetivo asegurado, solicito permiso para regresar.

-Concedido, diríjase a...- Su voz fue ahogada por el sonido de las explosiones de la sala acorazada que guardaba el Cristal.

***

Amnis avanzaba tan rápido como le permitía su moto. Había sido difícil conducir de noche con un número tan avasallador de cadentes interponiéndose en su camino, pero con la luz del amanecer, todo se había vuelto mucho más tranquilo y había conseguido avanzar bastante. Tanto como para poder ver como frente a ella, aunque estaba ya a pocos kilómetros, el Muro que cubría Insomnia se deshacía por completo en miles de pequeños cristales de luz que se fueron deshaciendo según caían.

-No...- Murmuró. El hecho de que el Muro hubiera desaparecido, sólo podían ser malas noticias acerca de lo que ocurría en lo que antes era su interior. Debía darse aún más prisa, no solo por la princesa, sino por todos los que estaban allí luchando.

***

-¡El cristal no te servirá de nada!- Le advirtió Regis a Iedolas.

-Tampoco a tí. En cuanto lo saque de esta maldita ciudad.

Ambos bandos seguían paralizados apuntándose con sus armas, a la espera de que alguien diera el primer paso para empezar una cruenta batalla.