"Relatos detrás del espejo" es una colección de cuentos cortos, enfocados en los varios personajes que habitan el Reino Wolfhausen: sus secretos, sus temores y sus sueños desfilan y se revelan en cada una de estas historias, surgidas a partir de un...
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Goldilocks lo seguía dondequiera que fuera. Cuando se aburría, parloteaba sin parar y no parecía importarle que Joha no respondiera a sus intentos de conversación. Y gran parte del tiempo, se lo pasaba admirándolo.
—¡Oh, eres muy fuerte! —comentaba cuando Joha levantaba un tronco grande o cuando volvía a la cabaña cargando una presa—. ¡Y muy hábil! ¡Eres como esos héroes de los cuentos!
—No soy un héroe —le contestaba Joha en esas ocasiones—. Ni mucho menos.
—¿Por qué dices eso?
—Porque no lo soy.
Goldilocks era demasiado pequeña para entenderlo, pero al final lo haría. Igual que lo había hecho Violette.
El grito lo sobresaltó tanto que Joha se levantó de un salto, empuñando el cuchillo que había estado usando para cortar la carne que comerían esa noche. Tras un momento, se dio cuenta que no era ningún enemigo atacándolos.
Goldilocks estaba sentada en la entrada, lloriqueando quedamente. Había flores desparramadas a su alrededor y tenía el vestido manchado de tierra. Tenía un rasguño grande y feo en el antebrazo.
La niña lo miró con ojos azules llenos de lágrimas.
—Me... me caí —murmuró con la voz a punto de quebrársele.
Joha cerró la puerta de la cabaña. Tras un momento, volvió a emerger con su frasco de ungüento. Se acuclilló delante de Locks y con mucha delicadeza extendió la mezcla sobre la herida.
—Con eso ya no te dolerá —dijo Joha, tapando el tarro.
Estaba a punto de levantarse cuando un par de bracitos pequeños se le prendieron al cuello.
—¿Ves? —dijo Locks, su sonrisa fácil asomando ya en sus labios—. Sí eres como un héroe.
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