Capítulo 18: Sufrimiento

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Las manos de Nixe temblaban sin remedio alguno, ver a Itachi en aquella camilla, sudando bastante a causa del veneno que se filtraba más y más por todo su cuerpo. A tal punto llegaba el ardor que sentía por todas partes, que parecía que moriría por aquel sofoco. 

La azabache miraba con desesperación a su novio, no soportaba verle de aquella manera cuando debía ser ella la que estuviera en su lugar. 

— ¿Cuándo llegarán los médicos?— Preguntó la joven completamente aterrorizada al pensar en lo que Itachi estaba sufriendo.

— No creo que tarden mucho, pero parece que están bastante ocupados.— Respondió Shisui, quien había ido hasta la ubicación al enterarse de lo sucedido. 

Él también estaba inquieto, era la primera vez que veía a Itachi de aquella manera. Claramente, todos estaban bastante nerviosos, incluyendo a Daimira, quien no se había separado de su amiga en ningún momento. Saori por el contrario, trataba de canalizar aquel veneno como podía. Nunca lo había hecho, pero parecía que  se le estaba dando bastante bien.

Bueno, al menos, las personas que habían sido infectadas morían a los cinco minutos, Itachi ya llevaba así media hora, por lo que realmente estaba bastante bien.

— Saori, por Dios... Mantenle con vida.— Suplicó la Uchiha entre lágrimas. 

La Yagami trató por todos los medios cumplir la petición de su amiga. El sudor se hacía presente en su frente, no estaba acostumbrada a tales esfuerzos, pero debía ayudar como fuera. 

— Para ser nuevo este maldito hospital, no nos atienden ni para atrás.— Bramó Daimira. 

Justo entonces aparecieron cinco enfermeras. ¿Enfermeras? Sí, enfermeras. Ni un solo médico apareció por el lugar. 

— Debemos transportarle al área de los Uchiha.— Explicó una de ellas.

— ¿Área de Uchihas?— Cuestionó Daimira con sorpresa.

— Sí, en este hospital hay varias secciones, debemos cumplir la normativa y atenderle allí.

— ¡¡A la mierda con la normativa!! Itachi necesita atención médica, no ser transportado a ninguna parte.— Se quejó la Uchiha. 

Varias enfermeras se miraron entre sí.

— Créame si la digo que allí estará mejor atendido, aquí los servicios son más lentos. 

Daimira y Nixe se miraron entre sí. ¿Habían separado el nuevo hospital en secciones para atender a algunas más rápido que otras? 

La discriminación cada vez era mayor. Las tensiones aumentarían de manera abrupta si Danzo no dejaba de realizar cosas como aquella. 

— Está bien...— Susurró la joven aún algo indecisa de que fuese a ser buena idea. 

Saori empezaba a cansarse, no sabía exactamente cuanto tiempo más podría aguantar reteniendo el veneno para que no afectara a las células y las dañara, ya bastante había hecho durante aquella media hora teniendo en cuenta de que no tenían antídoto alguno. 

De todos modos, ella continuó ejerciendo su ninjutsu médico mientras le trasladaban hacia el pabellón de los Uchiha. Nadie puso pega alguna para que Daimira o Saori entraran allí a pesar de no ser de dicha familia. Ya estaban bastante desbordados como para poner pega alguna. 

Así, al entrar en aquel largo pasillo blanco vieron a otros tantos Uchiha en peores condiciones que Itachi. ¿Cuántas personas habían sido dañadas por aquellos que trataron de atentar contra el clan Uchiha? Demasiados. 

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