Lazos oscuros

Capítulo 29: Tu hijo

Sus pasos nerviosos daban vueltas en círculos en la sala, parecía que iba a desgastar el suelo de aquella planta. Había fracasado con su cometido, aunque hubiera derrotado a unos cuantos hombres que habían tratado acabar con él. 

— Kakashi-senpai me mata, Kakashi-senpai me mata.— Repetía una y otra vez.

— Cálmate Tenzo, no es por nada, pero Kakashi no tiene porqué darte órdenes, relájate, no puede hacerte nada.

Aunque escuchó con atención las palabras de aquel ANBU, que trabajaba con él en el cuartel, no podía dejar de pensar en la decepción que el Hatake se llevaría. Aún recordaba como le había pedido encarecidamente que se ocupara de vigilar a la muchacha. No soportaba el saber que había fracasado en su misión. 

— No se trata de eso, sino que...

— ¿Dónde están los hombres que se han infiltrado?— Otro ANBU llegó a la zona, intentando recabar toda la información posible para informar a su superior. 

Tanto Tenzo como su compañero se miraron unos instantes hasta encarar al hombre que les había hablado.

— La situación no pinta bien, no parece que haya sido un ataque aislado, ni siquiera sabemos de donde han salido.

— Del subterráneo.— Indicó Tenzo.

— ¿Del subterráneo? Para llegar allí habrían tenido que entrar desde una de las compuertas, y todas ellas están vigiladas por los nuestros. 

— Pues entonces, tenemos que tener algún topo.

Tenzo agarró su frente al escuchar aquella palabra. ¿Y cómo averiguar ahora quién podía ser el topo? No tenían tiempo para ello.

— Necesitamos recabar toda la información posible, no sabemos qué está pasando.

Los tres permanecieron en silencio, estaba claro que debían actuar cuanto antes. 

— Esos hombres eran de Sunagakure.— Explicó el castaño.— Y no creo que sea buena idea que permanezcamos aquí, vendrán a por nosotros, están atacando a todos los shinobis.

— Lograste eliminar a cuatro de ellos sin problemas, no creo que sean mucho problema.— Murmuró uno de los ANBU.— Si tú has podido con ellos, serán coser y cantar.

Tenzo abrió sus ojos de par en par. ¿Acaso le estaban subestimando?

Sí, así era. 

Si ya de por si estaba nervioso por lo sucedido, el que le estuvieran subestimando no le agradaba para nada, y para empeorar su situación, alguien entró por la ventana en ese preciso instante.

Su corazón se detuvo, su cuerpo se paralizó, no tenía idea de qué decir o hacer en ese instante, pero las palabras de desazón se escaparon de sus labios.

— Kakashi-senpai.— Dijo también con miedo.— Yo... yo...

El ojo del Hatake observó la habitación por un breve instante. Allí no parecía encontrarse la chica que estaba buscando.

— Tiene que ser una broma...— Murmuró el shinobi. 

Tenzo se acercó con rapidez hacia el peli plata y de manera nerviosa trató de hablarle, mas él le interrumpió primero.

— Marchaos de aquí, rápido, hay enemigos por toda la aldea. 

— ¿Cómo? Tenemos que informar a nuestros superiores.

— Que os vayáis, no hay superiores que valgan. Tenzo, llévales a la zona de nuestro asentamiento. 

— Kakashi-senpai, yo... lo siento mucho, de verdad.