Sus ojos se abrieron con lentitud y su mano automáticamente se fue hacia su frente. Las consecuencias de no haber dormido nada bien aquella noche, habían provocado que un dolor despertase en su cabeza.
Aya miró por la ventana, el sol parecía indicar que la mañana empezó hace poco tiempo, por lo que se levantó de la cama sin mucho pensar y caminó adormilada hacia el baño que había en la planta inferior. Una vez allí dentro, cerró la puerta y abrió un poco la ventana, tenía pensado bañarse con agua caliente por un tiempo y no quería que toda la habitación se empañase por el vapor del agua.
Cuando el agua llenó la mitad de la bañera, se desvistió con rapidez y echó a lavar la ropa con la que había dormido, para después meterse en la bañera. Amaba esa sensación que sentía cuando se sumergía en el agua caliente, su cuerpo entero se relajaba y podía pensar con claridad. Cerró los ojos y colocó su cabeza, ya no tan dolorida, recostada en la pared. Quería poner la mente en blanco y descansar.
Aún así, sus ojos se entreabrieron al recordar que ya hacía algo más de dos meses que Kazuo había desaparecido. En parte, le echaba de menos. Era difícil olvidar a la persona que estuvo con ella apoyándola en todos los proyectos de su vida. Si había llegado a ser ANBU, había sido gracias a él.
O al menos, así lo creía ella, o se lo habían hecho creer.
Sin embargo, no echaba nada de menos sus despertares. Siendo sinceros, si Kazuo aún viviese en esa casa, ahora mismo estaría con Aya en la bañera, posiblemente embistiéndola contra la pared aunque ella no tuviese ganas. Al fin y al cabo, eso era lo que hacían prácticamente todas las mañanas.
Al recordar aquellas escenas, Aya descendió su mirada hacia su cuerpo desnudo distorsionado por el agua. Aún se preguntaba si realmente había algo malo con ella, pues, después de haber leído parcialmente aquel libro que Daimira la regaló, sentía curiosidad de porqué realmente la gente hablaba tan bien del sexo.
Esa pregunta siempre había rondado su mente, pero desde luego con Kazuo no podía sacar nada bueno de una relación sexual. Ahora que había pasado dos meses sin tener contacto alguno en aquella zona, sintió algo de curiosidad.
— No puede ser tan difícil...— Murmuró la castaña en voz muy baja.
Flexionó una de sus piernas y se detuvo. Sintió el frío aire en su rodilla mojada que ya se había acostumbrado a la calidez del agua, y después, introdujo su mano derecha y la dirigió hacia su entrepierna. Frunció el ceño antes de llegar. ¿Qué diablos estaba haciendo? Se preguntó un par de veces.
Mordió su labio inferior y suspiró. No perdía nada por intentar investigar. Una de las escenas de aquel libro, trataba de como el protagonista se tocaba mientras miraba a la chica que tanto le gustaba. Bien, Aya no tenía donde mirar, pero quería investigar ella misma lo que sucedía si acariciaba ese sitio que en cierto tiempo le tuvo asco.
Su dedo índice tocó la cúspide de su clítoris. Apretó levemente el lugar y descendió con su dedo hasta la apertura que había entre sus piernas. No tardó mucho más de un par de minutos en introducir dos dedos tras haber estado haciendo círculos entre sus labios. Sus dientes se apretaron algo más de lo normal al sentir una pequeña tirantez en el sitio. Lo primero que pensó fue: "Esto es estúpido y no da placer." Pero aún así, continuó un par de minutos más con la esperanza de llegar a sentir algo.
Nada, por más que metiese o sacase sus dedos, que hiciese algún que otro movimiento, no lograba sentir nada que mereciese la pena. Con rabia sacó su mano de entre sus piernas y golpeó con su pierna flexionada la pared del otro extremo de la bañera. El agua se agitó por el brusco movimiento mientras que Aya fruncía el ceño y se sentía estúpida por lo que acababa de hacer.
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Lazos oscuros
FanfictionUniverso alternativo de Naruto. Yagami Aya, una joven que recientemente se ha unido a ANBU verá como su vida empieza a cambiar rápidamente, ya no solo por su nuevo trabajo, sino por las leyendas que empezarán a rondar en su historia. Así mismo, la...