Allí postrado en la cama de Saori se encontraba el Hyuga más querido por vosotros, queridos lectores. Era sabido por todos que las tiendas improvisadas que sustituían al hospital en reconstrucción no daban abasto, por ello, Saori se ofreció a estabilizar al castaño tras haber pedido a aquella sombra que parara de absorber su chakra. Cabe decir que dicha sombra ahora se encontraba en una esquina de la habitación con su forma humana, observando lo que la joven hacía con detenimiento.
— No tenías que llevarle al borde de la muerte Kayn, diablos, si mi hermana se en...
— Te habló mal... Y parecía querer agredirte. ¿No esperarías que me quedara de brazos cruzados?
La joven siguió sin quitar la mirada del Hyuga. La verdad es que se alegraba de verle en ese estado, pero también sabía que su hermana lo pasaría mal al verle así. Y sí, Kayn ahora sentía curiosidad por saber quien era aquel hombre. Saori había insistido mucho en que no le matara, que era alguien importante para Aya, así que la sombrita no pudo evitar relamerse los dedos al tener la posibilidad de hacer daño a alguien importante para ella, aunque no quería hacer nada delante de su esposa, no al menos aún.
— ¿Vas a estar siempre vigilándome con esas pintas? — Preguntó tras unos instantes de silencio.
Puede que no se pudiera ver porque la sombra no tenía rostro alguno, pero si hubiese tenido, una mueca de molestia hubiera sido formada. Tenía mucho orgullo, eso nadie podía negarlo.
— Nunca antes me habías dicho eso Saori.— Se quejó. — No puedo verte con mis propios ojos, esto es lo más mío que tengo...
— Pero podrías venir con ese otro cuerpo... Está de buen ver.
Los brazos que tenía Kayn cruzados hasta ese momento se tensaron. Bueno, no es que aquel humo negro se pudiera tensar, pero ya me entendéis.
— Ese cuerpo... Ese cuerpo no tiene nada que ver. Es solo un mísero contenedor que será desechado en cuanto pueda recuperar mi cuerpo.
Saori le miró algo incrédula.
— ¿Cómo que desechado...?
La cabeza de aquella sombra se ladeó unos instantes.
— No será necesario, así que simplemente me desharé de él.
— Le... ¿Le vas a matar? — La voz algo tensa y temerosa de la joven hizo que Kayn se cuestionara el motivo de su preocupación.
Sin embargo, sin poder llegar a contestarla con un rotundo sí, un sonido proveniente de las escaleras que subían hasta la segunda planta en la que se encontraba la joven alertó a dicho hombre.
— Mis padres.— Murmuró en un susurro la azabache.
Kayn no tardó en volver a deshacer aquella forma humanoide para desaparecer del lugar. Gracias a Dios lo hizo rápido, pues los padres de Saori no tardaron en abrir la puerta de par en par tras un par de segundos.
— ¿Con quien diablos hablas?— Preguntaron casi al unísono.
No es que hubiera hecho mucho ruido hablando, pero sus padres ya estaban bastante tensos con su desaparición, por lo que habían estado pendientes al mínimo ruido que ella hiciera. Lo que jamás hubieran imaginado era que en la cama de su hija menor se encontrara inconsciente el novio de la mayor.
— ¿Qué hace ese pelele en mi casa?— Cuestionó ahora con bastante rabia el padre.
— A-Ah... pues... Se encontraba mal y...
No, estaba claro que no le tenía mucho aprecio. Le odiaba a decir verdad, a juicio de su padre, aquel Hyuga no era digno de su hija mayor. En verdad yo diría que nadie se merece semejante espécimen. Su madre se mantuvo detrás, expectante al ver que su esposo se acercaba hacia dicho hombre y lo miraba de arriba a abajo con rabia.
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Lazos oscuros
Hayran KurguUniverso alternativo de Naruto. Yagami Aya, una joven que recientemente se ha unido a ANBU verá como su vida empieza a cambiar rápidamente, ya no solo por su nuevo trabajo, sino por las leyendas que empezarán a rondar en su historia. Así mismo, la...