XXVII

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Capítulo 27: Siempre tuya.

Narrador Omnisciente

- ¡Stiles! -Escucho el grito de Raphael el castaño.

Lo siguiente que vio fue a Baruch el cual también se veía sorprendido, alarmado y triste.

Stiles se arrodillo al lado de Raphael, tomando la mano ensangrentada de el hombre que le había salvado la vida.

Sus ojos se cristalizaron, comenzó a llorar y sollozar. Raphael solo lo miro con una sonrisa que ocultaba un fuerte dolor por no haber podido ver una vez mas a su amada antes de morir.

- ¿Qu... que hago?, ¿Qué se supone que debo hacer?, ¿Hay una... una cura?

Raphael solo lo miro y negó levemente con la cabeza.

-Tal vez... tal vez yo no pueda volver a verla... pero aquí tengo una fotografía de ella... por... por si la encuentras. -Dijo mientras sacaba de un bolsillo interno de su saco a la altura del corazón una imagen en la cual aparecía una muy bella joven, la fotografía se veía bastante vieja, en blanco y negro, ella usaba un lindo vestido blanco, la parte de arriba era ceñida con diamantes incrustados, la parte de abajo caía delicadamente como los vestidos de princesas, con una larga cola que terminaba a la par que el velo, su cabello estaba tomado en un moño desordenado que se veía ordenado dejando pequeños mechones de su castaño cabello sueltos que enmarcaban su cara, tenia una gran sonrisa y sus ojos demostraban mas que solo felicidad. - ¿Ustedes...

El corazón del castaño se sentía romper al ver el porque de todo el vestido y peinado.

Raphael no barraba su despreocupada sonrisa.

-Si, nos... casaríamos ese mismo día... esa es la parte de la historia que nadie conoce... Tomó esa foto... el mismo día, estaba entre sus pertenencias... me la daría luego de la luna de miel. -A pesar de aquella sonrisa, la profunda tristeza y la lagrima que se dio a la fuga hizo que el castaño quisiera estar en el lugar de aquel hombre que tanto había sufrido ya.

Dio vuelta la foto. Mientras de reojo miro a Raphael el cual tenia un fino hilo sangre cayendo por su boca, oía su lento palpitar y su respiración se atoraba a medio camino.

"Por fin nos casaremos, espere esto por tanto tiempo que ahora no sé si es real o tan solo una alucinación bastante real. Si lo es quisiera no salir de esta realidad por un largo tiempo y si no lo es quiero que tengas esta foto para que a pesar de si no estaré... me recuerdes como la mujer que fui al enlazar mi vida con la tuya. Esta siempre será mi mejor decisión y sé que así quiero estar por el resto de mi vida. Tal vez no este siempre contigo, pero soy y seré tuya en cuerpo y alma por la eternidad... espero que si me voy me tengas en tu memoria como la mujer que se entrego a ti completamente sin importar nada, porque tu lo vales todo y mucho más. Sé que, aunque me dieran la oportunidad de cambiar algo no lo haría, esto paso así y no puedo estar más feliz de decir que algún día fui la señora de Raphael. Te amará por siempre, Katherine."

Volví a dar vuelta la imagen.

-Ella... ella seria la única... que podría... salvarme... -Y entonces se detuvo.

Aquel pequeño sonido, tan parecido al de un tambor que se escuchaba levemente, de pronto paró, no se escucho el sonido del aire deslizándose en su cuerpo, ni vio el lento subir y bajar del pecho de Raphael.

Lo tomó en brazos y por la desesperación corrió, corrió donde su corazón le decía, donde sabía que podía encontrar un hogar, donde era el único lugar en el cual quería estar y con quien se sentía a salvo sin importar su memoria perdida.

Pero cuando estuvo a medio camino... lo supo. Miro nuevamente su mano y notó que era lo que se le hacia conocido, resulta que no era el vestido, no era el increíble peinado ni la textura de la imagen, era solo...

Esa sonrisa.

Y entonces el volvió a retomar su camino, ahora con la esperanza albergando su corazón, un asomo de sonrisa en su boca y las ganas de saltar por al fin haber recordado algo.

Cruzó todo el bosque hasta llegar a la casa de los Argento donde estaba un afligido Derek que miraba el suelo parado fuera de la casa, con sus manos en sus cabellos y las lágrimas en sus mejillas.

- ¡Derek! -Gritó con efusividad haciendo que el corazón del azabache diera un vuelco.

El de ojos verdes sonrió en grande y ayudó a Stiles con Raphael sin preguntar nada, porque el no necesitaba explicaciones de parte del castaño, lo único que importaba es que estaba ahí, en ese momento con él.

Entraron rápidamente a la casa, con el corazón en la boca dejaron al héroe del día encima del largo sillón que estaba en la sala.

Toda la familia Gajos, la manada y los mayores los miraban sin entender nada.

Llamaron a Deaton.

EL cual estuvo ahí en seguida, literalmente.

Saco la bala y la observo con el asombro y la pena reflejada en su cara.

Ahora todos estaban aún más confundidos al ver tan mixta y extraña bala, miraron al experto en almas que tenia la misma cara que el veterinario.

-Es una bala de plata con punta de espino cerval o cervispino, esta bañada en su fruto, es una baya negra... muy venenosa para vampiros. Es como el wolfsbane de los lobos. Pero a él... ya le llego al corazón. Esto, aun así, es bastante diferente, porque los vampiros, en sí, ya están muertos, así que quemar el veneno no seria de ayuda, esto es mas de sentimiento, un acto que haga que el corazón de Raphael vuelva a latir.

Desde una esquina lo miraba una chica, con el corazón roto sin saber la razón, el porque siente que se le va la vida junto con el vampiro. Sus ojos se cristalizaron, lo cual hizo que su hermano la mirara sin entender la razón de sus lágrimas.

-Hey -La llamó en susurro el chico. - ¿Estas bien?, ¿Te duele algo?

Ella negó levemente, mirando a su hermano con cariño al ver la preocupación marcando las facciones del de ojos azules.

-Estoy bien, Nicholas. Solo saldré a tomar aire.

El castaño la miro sin tragarse esa excusa, pero la dejo pasar para no hacerla sentir peor.

Pero ella no alcanzo a si quiera tomar la manija de la puerta cuando la tomaron del brazo y la arrastraron hasta estar al lado del cada vez mas pálido vampiro.

- ¿Qu... que haces, Stiles?

-Tú puedes salvarlo.

- ¿Qué?

-Tu lo puedes salvar, el te necesita ahora o será muy tarde.

-No... no sé de qué estás hablando.

-Vamos Summer, ¿No sientes algo por este desconocido vampiro que de pronto aparece muerto siendo cargado por un lobo amargado?

Ella lo miró sin comprender su punto.

-Sé que no lo conoces – El castaño tomó las manos de la chica. -, pero si cabe... la remota posibilidad de que sientas algo por el -Apunto a Raphael. – solo te pido que hagas lo que tu corazón te pida. No te cierres, siempre las cosas salen mal cuando nos dejas a tus sentimientos de vez en cuando salir a flote. Summer, haz lo que creas correcto, si piensas que está bien cual sea la decisión que vayas a tomar, entonces lo entenderé y él lo hará también.

La chica asintió, miro a la puerta y a Raphael sucesivamente, no sabía si en realidad era duda lo que sentía porque ella en serio quería hacer algo por el vampiro, pero, ¿Y si no funcionaba?, ¿Qué pasaba si no lo salvaba?, ¿Si se quedaba con la esperanza de que tal vez el despertara?

Miró a Raphael una vez mas y se armo de valor, se inclino levemente hasta alcanzar los labios ya pálidos del vampiro y lo besó.

Segundos después sintió la mano ya no tan fría de Raphael tomándola de la nuca y los dos pares de labios danzar en un acto de amor que dejaría los besos de Romeo y Julieta quedar como besos castos.

The only. (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora