The only. (Sterek)

V

Capítulo 5: 7:30

-Por favor, déjenme pasar, tengo que verlo. -Dijo una deshecha Lydia, que no parecía ella, tiene el rímel corrido, su antes hermoso vestido tenia varios cortes y esta manchado, sus pies están descalzos y se puede ver que en sus manos están sus tacones totalmente destrozados y cubiertos de lodo.

Las enfermeras no nos dejaron pasar a ninguno a la habitación, decían que estaban haciendo algunos exámenes y cosas que hacen en los hospitales, luego de unas horas, en las cuales ninguno hablo, metido en su propio mundo, salió el doctor y las enfermeras lo siguieron, dejándonos el camino libre.

Lydia entro corriendo a la habitación de las primeras y se lanzo a abrazar al castaño, pero teniendo cuidado de no lastimarlo, el cual le recibió con los brazos abiertos, apretándola a él. Por lo cual gruñí cosa que todos pasaron por alto. Preocupándose plenamente en el castaño.

El segundo en ir hacia el castaño, abrazándolo efusivamente y con unas cuantas lagrimas en sus ojos azules, fue Jackson, para la sorpresa de todos, pero el castaño lo recibió con los brazos abiertos y una sonrisa.

-Por Dios, idiota. Me preocupaste, hazlo de nuevo y te castro. -Le dijo amenazantemente pero luego sonrió. -Te extrañe, imbécil.

-Demonios, ¿Dónde hay una cámara cuando se necesita? -Reímos y cada uno se acerco a abrazarlo y claro, no faltaron los golpes en el hombro -la mayor parte de ellos de Malia- excepto yo, me mantuve en la esquina de la habitación, sin hacer nada ni moverme por miedo a que Lydia me golpeara de nuevo y es que esa chica tiene la mano dura.

Estaban todos conversando animadamente.

Hasta que entro el Doctor.

Narra Stiles

Vi hacia la puerta donde esta el doctor y le sonreí.

- ¿Cómo te sientes, hijo? -Me pregunto acerándose con una cara de preocupación, vi a los chuchos que me rodeaban tensarse y mi cara de confusión que al parecer noto Malia hizo que se acercara a mi oído.

-Apesta a preocupación. No es algo muy alentador viniendo de un Doctor.

Le di la razón en mi cabeza a Malia quien se puso recta.

Mire a Lydia, se encontraba ensimismada, con la mirada perdida.

-Sheriff, le hicimos exámenes a su hijo... sus resultados son como los de una paciente anterior -Nos miro y en sus ojos se podía ver tristeza. -En la paciente Stilinski, Claudia. -Vi a mi padre quedarse en shock y como lloraba a borbotones, mire a Scott el que tomo mi mano y la apretó un poco quedándose con la mirada perdida en algún lugar de la habitación con la boca levemente abierta.

-No de nuevo -Dijo Scott, me di cuenta que lo dijo por la vez del nogitsune.

-Su hijo presenta los síntomas de la enfermedad llamada Demencia Frontotemporal son...

-Áreas del cerebro que se encojen. Si, sé de qué se trata. -Lo interrumpí.

-Lamentablemente es una enfermedad que solo afecta a adolescentes y no hay cura para eso. Lo siento mucho, Sheriff.

Se fue. Dejando a la manada en Shock.

Entro una enfermera con un carrito con algunos utensilios como jeringas y algodones y unos cuantos analgésicos inyectables y les pidió que salieran, todos se fueron sin objeciones, ninguno me miro, por lo cual lo que iba a hacer no me dolería tanto.

Narrador Omnisciente

Todos salieron, intentando digerir las palabras, sin darse cuenta todos comenzaron a derramar lágrimas, incluso los ojos azules de Jackson estaban totalmente nublados por las lágrimas.

Se sentaron en las sillas fuera de la habitación del castaño y luego de un rato todos se alertaron al escuchar el grito de la enfermera que había entrado.

Todos corrieron a la habitación y al entrar... se sintieron desfallecer.

El castaño estaba en la camilla, la maquina que media su pulso hacia un alto pitido, le enfermera tenia una cara de horror y en el brazo de Stiles se hallaba inyectada una jeringa vacía.

-Yo solo... me di vuelta un segundo a recoger la bolsa vacía de suero y el... él se inyecto.

Scott la miro.

- ¿Qué?, ¿Qué se inyecto?

-Bromuro de pancuronio

- ¿Qué hace eso?

-Ocasiona... parálisis respiratoria.

En segundos llegaron doctores y enfermeras corriendo que los sacaron de ahí dentro. De a fuera se escuchaban las instrucciones de los doctores, los "no responde", hasta que una frase... los hizo querer morir a todos.

"Hora de muerte... 7:30 a.m."