El dolor en la parte trasera de mi rodilla estaba pasando hasta ser soportable. Ese hijo de puta va a pagar todo lo que me ha hecho pasar estas últimas horas. A como pude me paré y me dirigía cojeando hacia la entrada del bar, pero antes de tocar la perilla sentí otro de esos feos punzones en mi mano y espalda.
—¡Váyase a la mierda!—intenté volver a tomar la perilla pero esta vez el punzón dio en la parte trasera de mi rodilla buena, haciéndome caer nuevamente.—¡Agh!
—Bien, no quería ser rudo, pero usted me obligó.—dijo mientras se acerca con su lazo, pero en ese momento la puerta se abrió, dejándome ver a Pato; podía jurar que nunca había estado más feliz de ver a esa bola de músculos andante. Y atrás de él los demás integrantes de la banda iban saliendo.
—¿Estás bien gallito?—me preguntó Pato muy preocupado a lo que asentí.
—Ahí está el puto que me ha estado jodiendo.—dije y todos en el lugar comenzaron a sacar bates, tubos, navajas y algunos rompían botellas.—Te dije que lo pagarías caro enano.—Pato tronó sus dedos; mierda, esto si va muy enserio, Pato solo truena sus dedos cuando está verdaderamente enojado.
—Okay.—inquirió el rubio enano mientras enrollaba su lazo.—El problema no es con ninguno de ustedes señores, el joven Reed está totalmente en mis manos por órdenes de su padre; el señor Richard Reed. Así que les digo de la manera más amable que me entreguen al crío por las buenas, porque sino tendré que hacerle por las malas, y créanme que no será nada bonito.—concluyó pero nadie refutó, todo estaba en silencio hasta que alguien del bar gritó "¡Ya se le arrugó la semilla a la barbie!" Y los demás comenzaron a carcajearse fuertemente.—Bien... será por las malas.—dijo cargando su sniper.
—¡Tiene un arma!—gritó otro integrante del bar y todos se pusieron serios.
—Oh... ¿Esta?—dijo mientras terminaba de cargar el arma y sujetaba su lazo en la parte trasera de su pantalón.—Es de juguete.—terminó de decir para empezar a dar una vuelta con su arma al frente mientras la descargaba con una impecable puntería en la cabeza de los de enfrente, los cuales caían al suelo por el dolor o tal vez porque les debió de entrar algo de pintura en los ojos. Al terminar de dar la vuelta tiró su sniper, se hincó y sacó dos pistolas del mismo calibre, una para cada mano, entonces los integrantes del bar (o los que quedaban de pie) comenzaron a correr en dirección a él, pero este comenzó a dispararle en la entre pierna, bueno, eso parecía porque todos caían agarrándose esa parte y chillando de dolor.
—¡¿Acaso no tienen armas?!—le grité eufórico a Pato.
—Ray ordenó que las armas quedaran guardadas en las motos ya que cuando había peleas en el bar había muchas más bajas con armas de fuego que con las de cuerpo a cuerpo.—explicó el más grande.
—Mierda, a este paso ese imbécil se saldrá con las suyas.—dije con algo de miedo. Cuando los muchachos ya estaban más cerca del enano este detuvo los disparos para mirarlos atentamente. De los veinte integrantes solo quedaban cinco... esto debía ser una maldita broma.
—¡Suelta el arma y pelea como hombre, marica!—dijo uno de los cinco.
—Bien, juguemos limpio.—respondió el rubio y disparó a sus manos, o al menos las que tenían alguna arma, haciendo que la soltaran; después también soltó las suyas.—Ahora si... ¿Quién va primero?—inquirió de manera arrogante. Entonces los muchachos se aproximaron a él, el enano detuvo a dos con una patada directo al estómago, sacándoles el aire, luego detuvo un puñetazo del tercero para después clavarle el mismo golpe pero más fuerte ya que lo tiró al suelo. El cuarto y el quinto estaban dudosos de atacar pero después uno se aproximó rápidamente a él como si fuera a embestirlo, pero el sargento dejó que pasara por arriba de su espalda y al estar en medio de esta lo tiró en contra del último que estaba en pie, dejando a ambos en el suelo. Por último sacudió sus palmas.—Hace tiempo no tenía un poco de diversi—sus palabras fueron cortadas al instante por un gran golpe en su espalda con un bate, al parecer de uno de los que había dejado en el suelo primero, el pobre hombre al ver que su golpe no había hecho nada grave entró en pánico.—Descuida,—le dijo tranquilamente el rubio mientras lo tomaba de los hombros.—te lo perdono.—fue lo último que dijo antes de estamparle una gran cabezazo al pobre hombre, dejándolo totalmente noqueado.
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Bad passive.
Teen FictionBad passive. Sinopsis: Un físico inigualable, casi esculpido por los Dioses, un carácter ególatra, narcisista y soberbio; estúpidamente rico... esas son palabras que describen al popular Niall Reed, un chico de 17 años que vive su vida como se le da...