No. 1: Respeto. Cap. #12

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Y ahí estaba aquel hombre de estatura un poco más abajo de la promedio, escrutándome de arriba a bajo con una mirada en extremo seria. A un lado mi mejor amigo con una mirada que parecía nerviosa. Bien, si corro lo suficientemente rápido probablemente pueda escabullirme del enano, intuyo que Tom entenderá que es una huida y encenderá el auto en cuanto me vea correr... eso en el mejor de los casos.–pienso y frunzo el ceño, en ello siento como alguien posa su mano en mis hombros.

—Sargento Wells, que bueno que anda por aquí cerca...—escucho la voz de mi padre y siento como el mundo se cae a mis espaldas, se oye muy enfadado y su fuerza de mas en su agarre me lo confirma.—parece ser que a mi hijo aún le falta algo de... respeto.

—Así es señor Reed, de hecho de eso se trata la lección de hoy.—afirma el rubio.

—Bien, le encargo que haga un buen trabajo.—dice por último para después empujarme bruscamente hacia Connor.—Si me disculpan tengo empleados que atender,—agrega.—Tom, me saludas a tus padres.—le dice al rubio platinado.

—Señor Reed, por supuesto.—responde Tom, sin más mi padre da media vuelta y sale del lugar.

Connor me toma del brazo y me empuja para que camine hacia su camioneta.

—¡Suéltame, sé caminar solo!—le grito, harto de la situación.

—¡Te veo mañana en el instituto Niall!—se despide el rubio platinado subiéndose a su auto. De seguro debe estar riéndose por dentro sabiendo que me merezco lo que me está pasando, tomándolo como algún tipo de venganza.–pienso mientras me subo al auto.–Ojalá tuviera los padres de Tom, esos no se preocupan por él y lo dejan vivir su vida.

—Entra al auto.—me ordena Connor y así lo hago, me subo y me siento en el asiento del copiloto, mis ojos se sienten cansados; parece ser que me van a cobrar la gran desvelada del día anterior, no podía hacer nada, mi cuerpo también desfallecía.—¿Se siente bien, cabo?—inquiere el rubio, pero no logró responder ya que caigo en un profundo sueño.

Al despertar me encuentro en un lugar desconocido; un campo verde y un pequeño riachuelo frente a mí me hacen sentir totalmente fuera de lugar, unos metros más arriba del pequeño riachuelo estaba Connor, haciendo lo que parecía ser pescar con una lanza. ¿Acaso estaba bajo los efectos de una droga y no lo sabía? ¿Qué probabilidad había?

—¿Ya has despertado?—lo escucho hablar.—Si es así es hora de cazar tu comida...—¿Cazar mi qué?

—¿Dónde estamos?—pregunto.

—A las afueras de la ciudad, pero no es el punto: ¿puede tomar la lanza que está allí y venir para comenzar?—responde, suspiro y me levanto para tomar el instrumento y dirigirme hacia él.—Deberías enrollar tu pantalón para que no se moje...—me dice.

—¿Es enserio?—inquiero.—¿Esto en qué se supone que me va a ayudar? ¿Cuál es tu punto? No me voy a meter allí, ¿te imaginas si me da un resfriado? Además; que asco... no sé qué tan limpia este esa agua, yo me largo...—le cuestioné enseguida mientras tiraba la lanza.

—¡YA BASTA! Mira Niall, si tú no vienes y pones tu maldito trasero en este puto río créeme que te traeré a como de lugar, y será un placer calentar mis músculos golpeando un saco sin fuerza como lo eres tú.—me grita, dejándome helado. Después de unos segundos mi cuerpo reacciona; me enrollo el pantalón y después recojo el instrumento para meterme lentamente en el lugar, tocó una piedra con la planta de mi pie; esta babosa, resbalo y caigo estrepitosamente dentro del lugar, golpeándome el trasero con otras piedras y mojándome la mitad del cuerpo con el agua helada.

—¡MIERDA! ¡ESTO ESTÁ HELADO!—chilló en respuesta, no podía estar más enojado... no si podía; siento como algo escamoso y rasposo golpea mi fino rostro... es un pescado.

Bad passive.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora