Gracias a que el día de ayer supe controlarme hoy no tenía resaca, me sentía bien, aún sabiendo que era lunes nuevamente, pero, al final de cuentas esta sería la última semana de clases, también sería la semana en la que sacaría al insufrible de Jonathan Swit de mi vida, si Margo es tan buena como dice ser. Una vez listo bajé las escaleras y me dirigí hacia el garage, no desayunaría nuevamente en mi casa para evitar toparme con alguna persona que no sea bienvenida.
Al salir de la mansión me topo con Connor, a unos metros de mí, sin camisa; veo como lava su camioneta con gran eficiencia mientras fricciona aquellos tan tonificados músculos. Ahora que lo pienso, el tipo ya no me desagrada tanto.
—¡Buenos días primo!—escucho detrás de mí la voz que más odiaba en este momento, haciéndome virar los ojos.—¿No crees que hace un gran día?—pregunta con un tonto tono amable que nadie se tragaría.
—Es lamentable que tu existencia lo arruine.—contesto para empezar a caminar hacia mi destino y así perder de vista al insufrible chico.
—Esta semana es muy especial... ¿lo sabes?—me pregunta pero sólo me limito a mostrarle mi dedo medio sin detener mi paso decidido hacia mi auto, el cual estaba siendo estacionado por uno de los choferes frente a mí.—¿No te habrás olvidado de tu cumpleaños... o sí, Niall?—interroga, haciéndome detener justo frente al chofer que me extendía las llaves del vehículo.
—Yo jamás olvidaría mi fiesta, ni que fuera una fecha tan banal como la de tu cumpleaños, sin ofender.—respondo. Con todo esto había perdido la fecha en la que estábamos. ¿Pero qué mierdas contigo Niall? ¡Tu fiesta es la más importante del año y la olvidas!–pienso. Bufo y subo al auto para encenderlo.
—Oh, la gran fiesta de 18 años del popular Niall Reed... los 18 dorados del único hijo varón del tío Richard... su "orgullo", sin duda será una fiesta inolvidable.—cuenta con un tono que de verdad era en extremo irritable.
—Lo será...—digo mientras me coloco mis lentes de sol y le encaro.—es una lástima que no estés invitado.—agrego sonriente para acelerar y salir de allí rumbo al instituto.
Mi cumpleaños número 18... en el cual cumpliría la mayoría de edad y sería acreditador de la herencia Reed, entrando así en el testamento de papá junto a Madison, sin duda ese es el día que más había esperado en mi vida, que por fin pudiera ser legalmente dueño de cierta parte de la fortuna cuando mi padre fallezca, sin que nadie tuviera que hacerse cargo de la parte que me corresponde más que yo. Pero, muy aparte de eso... he estado esperando éste día también porque la fiesta de 18 años de un Reed es siempre llamada "Los 18 Dorados", la mayoría de edad no es cualquier cosa en mi familia; es el pase directo a ser un miembro de la parte central del clan Reed, teniendo voz y voto, ser celebrado en una de las fiestas más grandes que se pueden dar en esta ciudad... bueno, ahora que lo pienso; anteriormente me interesaba cumplirlos para ver si por fin conseguía la atención de mi padre, pero ahora... ahora creo que es lo que menos me interesa.
Sin embargo, la fiesta es un buen extra, se celebra en la mansión, son invitadas todas las personas más importantes de la ciudad, las más adineradas y con más reconocimiento, ademas claro de que todos los Reed vienen a presenciar y felicitar tu ascenso; eso incluye al abuelo Rogan Reed, dueño mayoritario de la fortuna Reed. Mi padre es dueño de The Reed House Company de esta ciudad, además de quedarse con la mansión principal por ser el primogénito, pero realmente hay una empresa igual en cada estado importante del país y al menos una (si no es que más) en cada país considerado potencia mundial. Esto, significa que si convenzo al abuelo Rogan, él puede poner a mi nombre una de las múltiples propiedades como regalo, lo cual sin duda es lo que más me emociona justo ahora, ¿por qué? Bueno, la propiedad que te es regalada por el abuelo va directamente a tus bienes personales, sin necesidad de que se muera alguien para hacerte de ella.
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Bad passive.
Ficțiune adolescențiBad passive. Sinopsis: Un físico inigualable, casi esculpido por los Dioses, un carácter ególatra, narcisista y soberbio; estúpidamente rico... esas son palabras que describen al popular Niall Reed, un chico de 17 años que vive su vida como se le da...