24 - Things you said with clenched fists

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-¿Estás enfadado?

-Creo que no hay que ser ni un genio ni un detective para darse cuenta, Kunikida-kun.

-Deberías irte adaptando. Llevas ya más de un mes de sesiones.

-Y tú deberías ir aceptando que no necesito ir a un maldito psiquiatra tres veces por semana.

-Tanto Yosano-sensei como los médicos del hospital dijeron que necesitabas tratamiento.

-Menuda bobada. -El suicida caminaba con los brazos cruzados sobre el pecho. Miraba al frente muy serio y apretaba los puños tan fuerte que acabaría haciéndose daño-. Sólo estoy aquí porque el presidente amenazó con despedirme si no lo hacía.

-No nos dejaste otra opción.

-Me da igual. Voy a seguir guardándoos rencor.

Kunikida suspiró. La sesión del día no debía haber ido muy bien si estaba así de frustrado. Mientras volvían, de vez en cuando lo miraba por el rabillo del ojo. En cierta manera verlo tan enfadado era buena señal. Significaba que gracias a las exhaustivas sesiones de terapia con uno de los mejores (y más pacientes) psiquiatras de Yokohama se iba abriendo poco a poco. A él sólo le quedaba permanecer a su lado, esperar y tener paciencia. El idealista confiaba en que llegase el día en que no tuviera que escoltarle ida y vuelta a la consulta. Y el día en el que ya no tuviese que ir.

-Sabes que eso no pasará. No te hagas ilusiones y vete asumiéndolo. -Le gruñó el suicida.

-¿Eh?

-Lo estabas pensando. Y siento decírtelo pero ni muerto vendré aquí por mi propio pie.

-Sí, sí. -Podría estar intratable, arisco e iracundo, pero Kunikida cada vez lo veía como un ser más humano. Y se alegraba de ello-. ¿Vamos a cenar?

All the things you said [BSD fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora