PRÓLOGO

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Finaliza el viaje a Lisboa y, con él, casi toda la ilusión. 

Dejan pasar los días, las tardes y sufren las noches separados. En la soledad de una multitud que los abruma deciden ceder a la distancia. Necesitan recapacitar, pensar y respirar. 

Cansados de los medios, del ritmo de vida impuesto por su profesión, de las portadas y de los rumores se alejan poco a poco y deciden darse un tiempo, información privilegiada que solo saben y sufren los familiares más cercanos.

La falta de comunicación y dedicatorias en las redes despierta desde la más sincera preocupación de Aitana hasta las burlas y comentarios despectivos de Telecinco. 

Huyen de ese contexto mientras se centran en proyectos musicales. 

Alfred se centra en 1016 y se sumerge en su proyecto por completo. 

Amaia, indecisa, sufre la separación con una sonrisa ficticia mientras baraja todas las posibilidades que la industria le presenta. 

Sus únicos encuentros son con sus compañeros para los conciertos que les unen en verano.

Tras ellos, empieza la soledad. Las mañanas tienen menos luz. Los mensajes de amor cesan. Las llamadas de buenos días se disipan y se convierten en pasado.

Un julio pasado por agua los arrolla hacia su nueva rutina y, poco a poco, su amor empieza a morir. 

Entonces, llega agosto...

¿Qué es mi vida sin ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora