Catorce

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-¡CHICOS! ¿ESTÁIS BIEN?- abro un poco los ojos y veo a Alfred moverse también. Despertarse. Hago un repaso mental de todo lo que ha pasado. Sonrío, sin poder evitarlo, pero me pongo nerviosa al oír llamar.



-¡¡CHICOS!! QUE ECHAMOS LA PUERTA ABAJO- miro el móvil. Las doce y media.

-Mierda... Alfred, es súper tarde, saben que estoy aquí, ¿ahora qué hacemos?- me destapo y empiezo a moverme nerviosa, sin saber si contestar o no.

-Buenos días a ti también- sonríe y estira los brazos, desperezándose. Me mira, de arriba a abajo y sonríe.

-¡ALFRED!- digo intentando contener la risa tonta y los nervios por la situación.

-Que sí, que intento quitarle tensión al asunto. Espera...- se gira hacia la puerta- SÍ, ESTAMOS BIEN. ESTÁBAMOS DORMIDOS.

-JOLÍN QUÉ SUSTO- oímos la voz de Aitana. Suspiro aliviada, pensando que solo está ella.

-OS LO DIJE- dice Roi. Madre mía. También está Roi.

-ABRID YA LA PUERTA- grita Aitana- QUE OS VOY A MATAR Y ME VOY A QUEDAR AGUSTO.

-VOY- grita Alfred. Lo retengo, estirándolo del brazo.

-¿Dónde vas?- digo bajito- Que no hemos revisado la habitación, no sé dónde tiré mis... Ya lo veo, ya lo veo- me levanto corriendo y me visto como anoche.

-Amaia, tengo que abrir- se levanta a abrir tranquilamente. Parece divertirse.

-Pero ponte una camiseta o algo Alfred- digo fijándome que solo lleva los bóxers.

-¿Qué más da Amaia?- se acerca a la puerta.

-MIERDA ALFRED, ¿dónde tiramos los co...- me giro y veo que la puerta ya está abierta-...jines esos que son tan cómodos?

-Ajá. Cojines- dice Ricky.

14 personas nos miran curiosos desde la puerta.

-Mierda...- digo.

-Y ya van tres de esas Amaia- suelta Alfred.

-Fua, ¿ustedes no desearían grabar sus caras? O que les grabaran en el 24 horas para que luego saliera en la gala- dice Agoney girándose hacia sus compañeros.

-No podrían tío. Las galas se emiten en horario infantil- responde Roi. La mitad empiezan a reírse a carcajadas y la otra mitad hace comentarios y no dan crédito. Decido hablar y enfrentarme a la situación.

-No, a ver... Es que... Bua... No sé qué decir...- digo al fin.

-Anoche no me encontraba bien, tenía ansiedad- prosigue Alfred, inventando una excusa- y al salir a buscar a alguien vi a Amaia.

Asiento y decido seguir su idea.

-Sí, bua, el pobre se encontraba fatal y yo también me sentía fatal por todo lo que monté. Así que me quedé con él hasta que se le pasó y luego me dijo que me quedara a dormir para que no me oyeráis volver ni os preocuparáis- razono haciendo un esfuerzo abismal por no reír.

-Lo siento tío- dicen Roi y Agoney.

-¿Estás bien Alfred?- preguntan Nerea y Miriam.

-Podías habernos avisado- dicen Raoul y Ana.

-Va, chavales, vámonos a otro sitio, que el juicio acabó ayer y esto ya es pasarse- dice Mimi.

-Circulen- dice Ricky. Cuando todos se van, Ricky se acerca y señala el suelo- A ver si a la próxima disimuláis mejor, porque entre la mitad de la ropa de Amaia y aquello de allá...- me giro y me quiero morir. Ricky se va riéndose.

¿Qué es mi vida sin ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora