-Amaia- interrumpe Aitana mis pensamientos.
-Dime- digo.
-Tú y yo vamos a ir a esa fiesta- dice segura- y la vamos a montar.
Una risa pícara contagiosa me indica que esta noche va a ser más divertida de lo que imaginaba.
***
La fiesta es a las nueve y son las ocho y media. Aitana y yo llevamos casi una hora arreglándonos. Se ha maquillado y luego me ha ayudado a mí a maquillarme. Quería darme un punto diferente. Con un perfecto eyeliner, alargado y provocador, nos terminamos de retocar los matices oscuros que nos hemos puesto mientras nuestro pintalabios rojo granate mate nos mira descarado. Aitana lleva un top negro de cuero y una minifalda a juego. Yo llevo una camiseta apretada roja, de media manga, con el escote más largo y bonito que he podido encontrar y una minifalda similar a la de Aitana. Ella lleva tacones y yo he decidido ponerme unas chanclas que, a la mínima de voy a quitar. Mientras perfecciona su flequillo, yo termino de plancharme el pelo. Menos mal que Mireya traía plancha.
-Por dios, chicas, necesito entrar ya- llama Ricky desesperado, por quinta vez.
-Ya va, ya va- dice Aitana.
-De eso nada, voy a entrar- abre la puerta y nos mira de arriba a abajo.
-MADRE MÍA. ESTÁIS ESPECTACULARES- dice. Nos miramos satisfechas con una sonrisa- Provocadoras, sensuales... Va a haber guerra- dice gracioso. Nosotras nos recreamos en sus palabras- Pero largaos de aquí.
Nos echa, pero estamos felices.
Al salir, vemos que la casa está lista y, a quince minutos del inicio, la fiesta se empieza a llenar y la música a subir.
-¿Preparada?- pregunta Aitana.
-Vamos a liarla- digo riéndome.
Vamos saludando a todo el que vemos. La gente nos mira, nos admira y, algunos, nos desean. Lo hemos conseguido. Nos silban y nos piropean tanto conocidos como desconocidos. Saludamos con la mejor de nuestras sonrisas.
Casi toda la gente ha llegado. Todo se llena.
Entonces, empieza a sonar So What y me nace una sonrisa. Este es el momento.
-Vamos a saludarlos- digo, señalando a un Alfred y un Cepeda que no se han percatado de nuestra presencia, y que esperan a la otra punta del comedor.
-Esto sí que va a ser divertido- dice Aitana. Pone su mejor cara de diva y yo, imitándola, al ritmo de la música, camino dispuesta a jugar.
Cuando Alfred nos ve caminar hacia ellos, le da un codazo a Cepeda y nos miran sorprendidos, descaradamente.
-Apuesto a que desean hasta el último centímetro de nuestra piel- me susurra Aitana.
-Y más lo van a hacer ahora- digo yo.
Nos acercamos a ellos y, ya en frente, omitiendo el ruido, empiezo a actuar.
-¿Qué tal va la fiesta, chicos?- digo, mirando a Alfred. Lo pillo recorriendo mi escote. Nervioso, al ver que me he dado cuenta, se traba.
-Bueno... Bien... Osea... Bien, sí- contesta.
-Menuda diosa- dice Luis mirando a Aitana. Él es mucho más directo.
-Bua, cómo me molestan las zapatillas- digo, fingiendo y, girándome, me agacho de espaldas a Alfred, muy cerca. Sé dónde está mirando. Me lavanto, tranquilamente, rozándolo sin querer- Perdona, no te he visto. Da igual, me las voy a dejar puestas aún. ¿Vamos Aitana?
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¿Qué es mi vida sin ti?
Fanfiction-Amaia, ¿estás bien?- pregunta al oír mi respiración nerviosa. Me conoce demasiado bien. -No lo sé- contesto, sincera y rota. Él suspira. -¿Quieres que me vaya? -No lo sé- vuelvo a contestar. -Pues me voy- oigo como empieza a incorporarse. No sé s...