Uno

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AMAIA

Me despierto al escuchar la aspiradora. De fondo mi madre y mi hermana comparten una conversación alegre y sonora que me sorprende. No logro comprender sus palabras; tampoco es algo que me resulte relevante. Mi rostro permanece decaído, triste. Mi primer pensamiento es Alfred. La última vez que supe de él fue hace dos semanas. Sin previo aviso me llamó. En cuanto lo vi lo cogí. Hablamos poco más de un minuto; quería saber cómo estaba y contarme cómo iba 1016. Se me empezó a quebrar la voz y le dije que tenía un compromiso y no podía seguir hablando, que ya hablaríamos. Y no lo hicimos. Conforme colgué me eché a llorar. Ese recuerdo aún me produce una punzada de dolor, así que lo destierro como puedo de mi mente y contengo las lágrimas.

Me incorporo hasta acomodarme en la cama. En la mesita, mi móvil se ilumina una y otra vez recibiendo notificaciones. Tengo desactivadas las de Twitter y las de Instagram. Por tanto, debe de ser WhatsApp. Cojo el móvil y lo desbloqueo con curiosidad. Más de 100 mensajes de dos conversaciones. Los abro. Diez mensajes son de Aitana, el resto son del grupo de OT. También se me acumulan un montón de llamadas perdidas por la aplicación de Aitana.

AITANA: Amaia, qué fuerte, no me acordaba

Amaia, contesta

Se me había olvidado por completo, me muero

Estás durmiendo?

*Llamada perdida*
Jolin Amaia que esto es importante

*Llamada perdida*

*Llamada perdida*
Cómo puedes estar durmiendo mientras yo estoy en esta crisis

Te recuerdo que somos amigas, te necesito

Amaiaaaaaaaaa

Hazme caso

Porfa

Tras leer a Aitana me surge una sonrisa. Salgo de su conversación a mirar el grupo, pero el último ''jajaja'' de Ana me indica que deben de estar diciendo tonterías y yo no estoy de humor. Ni siquiera entro a verlo. Llamo a Aitana e inmediatamente me contesta. 

-PERO SE PUEDE SABER POR QUÉ NO ME CONTESTAS, A VER, YO AQUÍ, ASÍ Y TU DURMIENDO. 

-Ai Aiti, lo siento mucho.- digo sin más. Ella se ríe. 

-No pasa nada mujer. Y bueno, ¿estás preparada? ¿Qué te parece? Yo no sé ni qué ponerme ni qué llevar.- dice visiblemente nerviosa, sin apenas respirar entre palabra y palabra. 

-A ver, debe de ser el sueño pero no tengo ni idea de lo que me estás diciendo...

-Pero, ¿no has leído el grupo?

-Solo el último mensaje, el ''jajaja'' de Ana. Aunque ahora mismo me está vibrando en la oreja, no paran. 

-Amaia, que estamos en agosto. 

-Enhorabuena. Qué guay. ¿Y qué?

-Jolin Amaia, qué borde. 

-Ai, lo siento Aitana, que me acabo de levantar y no estoy de humor...

-¿No te acuerdas qué pasaba en agosto?- pregunta expectante. 

-¿Vamos a la playa?

-Vamos a la piscina que es diferente. La piscina de la casa rural que tenemos alquilada aquí en Barcelona. ¿No te acuerdas?- Abro los ojos como platos. No sé qué decir.- Nerea y Ago lo han recordado que ya habían pagado la primera parte y estaban haciendo cuentas. Los dueños han confirmado y al final vamos el próximo lunes 6. Hay algunos que tienen algún compromiso y que se irán uniendo conforme puedan, pero vamos, que en principio vamos todos. Qué guay. Aún no me lo creo.- Hace una pausa.- Amaia, ¿estás ahí? Amaiaaaa. 

-Sí sí, perdona, estoy aquí. Es que me he quedado en blanco. ¿Quiénes han confirmado?

-Pues, espera, que entro en el grupo y te lo digo. Nerea, Agoney, Luis, Roi, Ana, Miriam, Mireya, Ricky, Mimi, Raoul y tú  y yo, por supuesto.- Me quedo parada. No ha dicho Alfred. Dudo si preguntarle, pero antes de decir nada habla ella.- Ah, y Alfred, se me olvidaba. 

-Jo, yo no sé si voy a ir...

-Tú sí vas. Ui. Y tanto que vas. A mí no me vengas con tonterías.

-¿Qué día es?

-Ya te lo he dicho, el lunes, y son dos semanas. 

-¿Y hay habitaciones para todos y eso? 

-Sí, Amaia sí. Y sino a dormir al suelo y ya está. O tú y Alfred dormís juntos y ya está. 

-Aitana...

-Ya lo sé, ya lo sé. Pero que 15 días dan para mucho. He apostado con Luis y Roi que os liáis. Ana dice que no. Somos tres contra uno. 

-Pues no me hace gracia sabes.- Aitana se ríe y yo sonrío nerviosa.- Bueno Aiti te tengo que dejar. Voy a leer el grupo y a hablarlo en casa... Gracias por avisarme.

-Vale, hasta después.- Hace el sonido de un beso y cuelga. 

Me acuesto en la cama y pongo la cabeza debajo de la almohada. No me lo puedo creer. Con todo lo profesional se me había olvidado por completo el plan... Me empiezo a poner nerviosa al pensarlo. Va a ser dura la convivencia con Alfred estando separados. Además, la mayoría no lo saben. Va a ser duro fingir o contarlo. No sé qué opción es peor. Quizá tenemos que sacar un hueco y hablar qué vamos a hacer y cómo vamos a hacerlo. 

Cojo el móvil y leo todos los mensajes del grupo. Marina, Juan Antonio y Thalía confirman también. Si me salen las cuentas, vamos a estar todos prácticamente desde el primer día. Algunos dicen que llegarán por la noche o al día siguiente. Otros que se irán a algún compromiso puntual pero volverán. Otros planean hacer rutas de senderismo o escaparse uno de los días a una playa privada que conocen cerca de allí. Todos están llenos de ilusión. 

Busco los mensajes de Alfred. Él solo ha mandado dos, uno confirmando asistencia y otro riendo las gracias de Ana y Roi. Es raro en él. 

Dejo el móvil a un lado y saludo a mi madre y a mi hermana. Hablamos de asuntos triviales, sin importancia. Intentan contagiarme el buen humor mientras me bebo un colacao. En medio de la conversación recuerdo lo hablado con Aitana. 

-Por cierto, mamá, no sé si te acuerdas que la semana que viene me voy a la casa rural con todos los de OT. 

-Claro, llevo días preparándote la maleta. Llevo la mitad. También tienes en el neceser las cosas que necesitarás. No creo que te pille con la regla pero por si acaso te he puesto lo necesario por ahí y también he preparado un boti...

-Mamá, un momento. ¿Te acordabas?

-Todos nos acordábamos.- Responde Ángela.- ¿Por qué crees que estoy tan contenta? Me libro de ti.- Dice de broma. Lanzo una patada en el aire que no le llega. 

-No me digas que no te acordabas Amaia...- Pregunta mi madre. Niego con la cabeza.- Un día vas a perder la cabeza hija mía...

En ese momento escucho mi móvil sonar. Ni me inmuto. No me apetece hablar con nadie.

-¿No vas a cogerlo?- dice mi madre. Niego con la cabeza. Ángela va a mi habitación y lo coge. De repente grita: 

-¡ES ALFRED! ¡YO LO COJO! 

Doy un salto de la silla. Por poco me caigo al suelo. Salgo corriendo y veo a Ángela con el teléfono en la oreja. 

-Hola Alfred, soy Ángela, ¿qué tal? ¿Ah, sí? Qué bien. Me alegro. Bien también sí, todos bien.- Intento enterarme de la conversación y le lanzo varias miradas de odio para que deje de hablar.- Ai, mira, aquí está Amaia, te la paso. 

Le arranco el teléfono de la mano y me lo acerco. 

-Hola Alfred...

¿Qué es mi vida sin ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora