Dieciocho

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-Dios- dice Luis. Y gira la cabeza. Roi repite el gesto y Ana los sigue.

-PERO... AMAIA- dice Aitana.

-Bua... ¿qué pasa?- digo, normalizando la situación- ¿Qué queréis?

-Nada, nada, que en media hora vamos a la playa- dice Roi, tapándose la cara para exagerar un poco más la situación. Algunos se ríen y la multitud empieza a disiparse. 

-Os lo dije- dice Cepeda tapándose la cara, imitando a Roi. Aitana le da un codazo y se asoma una vez más antes de irse. 

-Pero Amaia- dice Aitana abriendo los ojos como platos a punto de estallar a reír. Esta situación me recuerda TANTO  a la Academia. La falta de intimidad es una de las cosas que no echaba de menos. Aunque debo admitir que ha sido gracioso. 

-Pero, ¿este desastre qué es?- oigo la voz de Agoney acercarse. 

-¡AITANA CIERRA!- Aitana cierra la puerta y oigo como le contesta a Agoney que no es nada. 

-¡Limpiad el estropicio!- grita Luis de lejos. 

Alfred empieza a despertarse. Abre los ojos y sonríe.

-Buenos días titi- dice desperezándose. 

-Nos han pillado Alfred...- digo divertida. Alfred levanta la sábana y mira debajo, divertido. Yo sujeto la sábana hacia mí y no le dejo- ALFRED, ESCÚCHAME- digo entre risas. 

-Ya lo sé, los he oído- sentencia riéndose. 

-¿Y no me ayudas?- digo aparentando indignación. 

-Era más divertida mi posición- le pego, de broma y le doy un beso dulce.

-Va, levántate que nos vamos a la playa y tenemos que limpiar el pasillo- sentencio. 

-¿PERO QUÉ VEN MIS OJOS? ¿Amaia Romero usando en la misma frase levantarse y limpiar? He sigo testigo de un milagro- levantada cojo el cojín y le pego. Él se levanta y me da un beso en la mejilla- ¿Qué buscas?- pregunta. 

-Busco el bikini- contesto. 

-Así vas perfecta- me dice. 

-Va Alfred, concéntrate- le digo buscando rápidamente. 

-Está ahí- Alfred lo recoge y me lo da. Me lo pongo mientras él busca en su cajón. Saca un bañador y se lo pone.

-¡ALFRED!- le digo viendo que me había mentido- ¡SÍ QUE TENÍAS!

-Era para darle emoción a la situación- contesta y ríe. 

Se pone una camiseta básica y yo me pongo un vestido playero y las chanclas. Él busca las suyas y se las pone. Recojo mi toalla y veo que está mojada. 

-Jo... No tengo toalla, está mojada. 

-No las extendimos, es normal- contesta Alfred. Abre su armario y saca dos toallas de playa. 

-¿Pero tú cuánta ropa tráias?- le pregunto sorprendida. 

-Para la playa, la suficiente- sentencia. Me da una toalla y le sonrío. Preparamos alguna cosa más y Alfred recoge las toalla y sale fuera a estirarlas al sol, para que se sequen. 

Entre los dos fregamos el suelo del pasillo y de la habitación, ante murmullos de algunos. Me recojo el pelo con una coleta, haciéndome una especie de moño. 

Poco tiempo después, todos nos reunimos en el salón. Han preparado unas ensaladas y bebida en una nevera, para comer. Alguno coge su guitarra, cartas y libreta y boli para componer. 

¿Qué es mi vida sin ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora