Capítulo 3

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Chris se despidió de aquella chica y bajó a la cocina en donde se encontró con Poncho, Maite y Carmen la nana que Chris tuvo desde que era pequeño; ella fue su más grande apoyo cuando su madre murió y él tenía tan sólo diez años de edad, un pequeño niño que pasó poco más de cinco meses viendo como su madre era consumida por una enfermedad tan terrible como el cáncer.

A pesar de eso nunca le faltó el amor de sus padres, siempre fue un hijo amado y deseado, tratado con la paciencia y dedicación que un niño necesita.

Sus padres y su nana fueron lo primero que él conoció del amor y ahora que sus padres ya no estaban Carmen era todo lo que Christopher tenía, además de su prima Maite quien llegó a vivir con él hace dos años después de una decepción amorosa que la obligo a buscar algo nuevo para alejarse de lo que le recordaba al prometido que le juraba amor eterno pero que después fue descubierto casado con otra mujer y con dos hijos en casa, ese fue el golpe más fuerte en la vida de Maite. Ella realmente amaba a ese hombre y su traición le lastimó el corazón muy profundamente.

Poncho: Christopher... ¡Christopher!- él se sobresaltó asustado.

Chris: ¿Qué pasa?- le dijo alterado.

Maite: estás en las nubes, llevamos hablándote mucho tiempo y tu nada.

Poncho: está así desde ayer cuando esa chica llegó- dijo sonriendo.

Carmen: la ví esta mañana, pobre muchacha...- dijo colocando el desayuno delante de Chris.

Chris: si, pero trataremos de ayudarla- se levantó y tomó los hombros de Carmen para hacerla sentar en la silla donde él estaba antes; tomó un plato vacío y comenzó a servirse su propio desayuno- ¿Cuándo llega Christian?- terminó de servirse y se sentó junto a la anciana.

Poncho: hoy por la noche, iré al aeropuerto por él- Maite sonrió instintivamente, Christopher y Poncho sonrieron cómplices- ¿quieres acompañarme May?

Maite: ¿Yo?... ¿Porque yo?- dijo nerviosa.

Poncho: bueno, a veces los vuelos se retrasan... no quiero aburrirme solo- dijo mientras bebía su jugo de naranja.

Maite: está bien- hablo entusiasmada.

Poncho: entonces regresaré más tarde por ti- se limpió la boca con la servilleta- tengo que irme, necesito abrir la clínica.

Chris: ¿puedes venir a revisar a la chica esta noche?

Poncho: si Christopher, vendré a verla cuando venga por Maite- dijo rodando los ojos con burla.

Chris: gracias- contestó enfatizando- te acompaño a la puerta amigo, también debo irme, llegarán algunos caballos hoy.

Carmen: que tengan buen día niños- Chris se acercó y besó la mejilla de la mujer para después despedirse de Maite y salir de la casa junto a Poncho.

Llegó hasta el establo donde sus hombres alimentaban a los caballos que ahí había.

Chris: buen día muchachos ¿Cómo vamos?

Pedro: los caballos ya están alimentados y algunos están en el potrero, pero parece que Titán está algo decaído.

Chris: creo que extraña a Jack... fueron amigos muchos años- dijo acariciando la cabeza de su caballo.

Pedro: si, es una pena que no se haya podido salvar.

Chris: era un caballo viejo... ya necesitaba descansar.

Pedro: si, tu papá tenía ese caballo incluso antes de ti- comenzó a reír- ... tengo que irme, llevaremos al ganado a la parte sur, nos vemos más tarde.

Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora