Capítulo 18

482 51 3
                                    

Tal y como lo había prometido la noche anterior Christopher estaba entrando a su habitación justo cuando el sol comenzaba a iluminar el lugar.

Entró sigilosamente tratando de no hacer ningún ruido posible mientras buscaba a su chica sobra la cama, sin embargo aquella estaba vacía y con las sábanas removidas.

Por un breve momento se asustó al pensar que algo le había ocurrido durante la noche, algún mareo, alguna de sus pesadillas o que tal vez la repentina aparición de un recuerdo o de su memoria por completo.

Esto último lo alteró aún más sólo de imaginar la remota posibilidad de perderla, una posibilidad que hace mucho había tratado de olvidar pero que por más que lo intentara siempre lo perturbaba.

En ese preciso momento la puerta que estaba a su espalda se abrió dejando ver a una recién levantada pelirroja, la cual pegó un pequeño brinco al verlo entre las penumbras de la habitación.

Roberta: Cris me asustaste, no te escuché entrar- él la miró sintiendo un repentino alivio y no pudo ocultar una sonrisita de felicidad en los labios. Se giró y la aprisionó entre sus brazos dándose cuenta de que las burlas y los comentarios de Maite sobre su excesiva necesidad de cuidar de Roberta estaban muy bien fundamentados.

Christopher: ¿Qué haces despierta? Aún es temprano…

Roberta: estoy harta de la cama, no tengo muchos recuerdos pero estoy segura que estos días he dormido más de lo que he dormido en toda mi vida- ambos rieron levemente.

Christopher: bueno pues yo vengo a darte los buenos días y a despedirme porque tengo que supervisar los terrenos del sur...

Roberta: ¿vas a tardar mucho?- preguntó haciendo puchero.

Christopher: probablemente hasta la hora de la cena, de cualquier manera trataré de terminar antes.

Roberta: está bien amor… ve a atender tus asuntos- él sonrió levemente antes de tomar sus labios en un lento y corto beso.

Christopher: te busco más tarde entonces…- ella asintió y él la besó de nuevo antes de alejarse.

Roberta: oye…- lo llamó justo cuando estaba por abrir la puerta- ¿puedo tomar uno de los caballos? Quiero visitar a Anny.

Christopher: ¿no quieres esperar a que Maite lleve al niño o que Anny venga por él?- dijo haciendo una mueca.

Roberta: lo llevará en la noche, en la madrugada la encontré en la cocina mientras le preparaba el biberón y yo prefiero ver a Anny en la tarde o ahora en un rato…- se acercó hasta él rodeando su cuello con sus brazos- por favor…

Christopher: es que aún me parece pronto para que cabalgues tú sola, además ya escuchaste lo que pasó ayer… este lugar ya no es tan seguro como antes… tú misma deberías saberlo- ella asintió recordando el motivo por el que estaba en esa casa, y el cómo había sobrevivido gracias a él.

Roberta: es verdad…- susurró levemente desanimada.

Christopher: puedo pedirle a Andrés que te lleve a casa de Any si es que tantas ganas tienes de verla… - dijo sonriendo.

Roberta: ¿Andrés?...

Christopher: uno de los obreros… ayer se lesionó un poco cargando el heno y aunque es una lesión leve no me gustaría arriesgarlo.

Roberta: ¿cómo es que conoces el nombre de todos los hombres que trabajan aquí? Son muchísimos.

Christopher: bueno ellos cuidan de las tierras que amo así que supongo que es un buen detalle que conozca sus nombres… además trabajo con ellos todos los días, así que si no los supiera serpia muy complicado- dijo encogiéndose de hombros como su el detalle de conocer los nombres de decenas de personas fuera la menor cosa, pero para ella ahora se sumaba a la lista de los motivos por los que estaba enamorada de él. No cualquiera considera a sus empleados como familia y se preocupa tanto por ellos y su bienestar como Christopher lo hace.

Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora