Capítulo 7

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Optó por dejarla descansar, seguramente estaba bastante angustiada por no recordar nada como para que además él también la estuviera atosigando.

Fue a la habitación de huéspedes y después de tomar una rápida ducha bajó a cenar con su familia y sus amigos.

Christian: ¿Cómo sigue la chica?- preguntó antes de probar un bocado.

Poncho: dentro de todo está bien, no hay lesiones graves en los golpes y además de la pérdida de memoria ella está saludable, lo cual ya es casi un milagro.

Maite: me da escalofríos sólo de pensar todo lo que tuvo que pasar la pobre... ¿Qué clase de bestia golpea así a una persona?

Christopher: la intención que ellos tenían no terminaba en golpes May, supongo que la dejaron en el camino cuando creyeron que estaba muerta o que moriría pronto- dijo serio.

Maite: que horrible...- susurró asustada.

Martha: afortunadamente la encontraste a tiempo Christopher- él asintió suspirando- eres como su héroe- él sonrió negando.

Christian: claro, aunque ahora ella prefiere a Poncho- dijo sonriendo.

La sonrisa de Christopher se esfumó y de pronto sintió algo extraño que recorría su cuerpo, Poncho sonrió ante el comentario de Christian mientras Christopher apenas y podía asimilar lo que estaba sintiendo, jamás había experimentado eso en su vida, era una mezcla de coraje, tristeza... ansiedad.

Si no fuera un ser pensante y reaccionara a sus instintos seguramente Poncho ahora mismo estaría en el suelo sangrando por la nariz y con un golpe bien acomodado en el rostro.

Poncho: eso no es cierto, fui la primera persona que vio al despertar, es normal y en unos días se le pasará- dijo tranquilamente.

Christopher continuó su cena en silencio, algo en su interior estaba roto, le hubiera gustado muchísimo que la primera persona que ella vio al despertar sea él y no Poncho, pero ya no había nada que hacer.

Entró a su habitación después de media noche, Poncho y Christian se habían ido hace un par de horas al igual que Maite y Martha quienes subieron a dormir en cuanto ellos se fueron; pero él tenía aún mucho trabajo, por lo que pasó casi dos horas y media tratando de concluir con sus pendientes, sin embargo, pasadas las once de la noche el cansancio comenzó a cobrar factura y después de cabecear varias veces en su escritorio decidió concluir por ese día y darle a su cuerpo el merecido descanso que le exigía.

Abrió los ojos y ya el sol iluminaba la habitación, se sentó confundido, hace apenas poco tiempo estaba entrando en la cama y ahora es de día.

Algo en el exterior llamó su atención, se escuchaba el delicado sonido de los violines y las arpas, se levantó de la cama y se acercó a la ventana donde pudo ver su jardín adornado con las más bellas flores de la región.

Había muchas sillas y frente a ellas un altar detallado con listones y flores blancas.

Volteó y en ese momento pudo ver a través del espejo que su cuerpo estaba cubierto por un traje azul oscuro muy hermoso, llevaba una camisa blanca y una corbata a juego.

Se observó aún más confundido, de un momento a otro ya estaba en aquel altar y frente a él estaban todos sus seres amados, su prima Maite, su nana Martha y Christian, su mejor amigo.

La marcha nupcial comenzó a sonar y en ese momento cayó en cuenta que estaba en medio de una boda, sus ojos se centraron en la mujer que caminaba hacia él.

Era ella, la desconocida a la que había salvado de morir, se veían realmente hermosa, llevaba un vestido de encaje que se ajustaba a su cuerpo como si de un guante se tratase. Su cabello estaba atado en una coleta permitiendo así admirar cada facción de su hermoso rostro.

Destino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora