Capítulo 33

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Roberta: Chistopher... Chris...- corrió a su lado y tomó su rostro tratando de hacerlo despertar. Él abrió los ojos de golpe comenzando a respirar aceleradamente, trató de incorporarse pero el dolor lo volvió a derribar- despertaste...- dijo sonriendo.

Christopher: ¿estás bien?- preguntó entre jadeos.

Roberta: si... gracias a ti- dijo sonriendo, él le devolvió la sonrisa y ella lo abrazó por unos segundos antes de quejarse de dolor- perdón.

Christopher: no fuiste tú, es sólo que esto duele... mucho.

Roberta: se ve muy mal- dijo preocupada.

Christopher: tienes que revisar si hay orificio de salida...- ella asintió y colocó sus manos bajo su espalda levantándolo un poco- ¡Aaa!- grito de dolor.

Roberta: lo siento- dijo asustada bajando lentamente su espalda y colocando sus piernas bajo su cabeza- si hay salida ¿Qué significa eso?

Christopher: que no es tan malo...

Roberta: llamaré a Poncho...- tomó su celular pero no había ni una línea de señal, trató de enviar mensajes pero ninguno salió. Busco el celular de Christopher entre su ropa y trató de nuevo con el mismo resultado- no hay señal...- susurró asustada.

Christopher: seguramente el tronco que cayó afecto la línea.

Roberta: ¿Qué hacemos?- él suspiró- ¿nadie pasará por aquí pronto verdad?

El silencio se apoderó de ellos cuando se dieron cuenta de la realidad.

Christopher: muy pocos conocen este camino.

Roberta: pues tenemos que llegar al pueblo, estás perdiendo mucha sangre...- ella miró a todos lados hasta que sus ojos se centraron en la camioneta- ¿crees que puedas llegar a la camioneta?

Él abrió los ojos y volteó a ver la camioneta, después la miró a ella y asintió. Era sencillo, estando a su lado podría lograr cualquier cosa.

Christopher: no creo que pueda conducir...- dijo hablando cada vez con mayor dificultad.

Roberta: ya lo sé... pero te necesito despierto- dijo comenzando a levantarse.

Christopher: ¿para qué?...- dijo antes de gruñir de dolor cuando ella le ayudó a ponerse de pie.

Roberta: para que me enseñes a conducir... las lecciones comienzan hoy.

Él sonrió con ternura mientras ambos comenzaron a caminar lentamente hacia la camioneta que estaba a unos metros de ellos.

Roberta le ayudó a subir en el asiento del copiloto y después corrió hasta el lugar de mando.

Roberta: oye...- tomó sus mejillas y él abrió los ojos- no te duermas... te quiero despierto ¿sí? No me dejes.

Christopher: si no lo logro... necesito que sepas que...- ella lo interrumpió besando sus labios lentamente saboreando el dulce sabor que hacía tiempo no probaba, las lágrimas de ambos se mezclaron en sus labios y al separarse lentamente ambos sonrieron.

Roberta: bueno... ¿qué hago?- dijo viendo el tablero de control, él suspiró y comenzó a hablar entrecortado.

Christopher: presiona el botón para encender el motor...- ella lo hizo y después lo volteó a ver- el izquierdo es el freno... y el derecho es el acelerador...- ella asintió mirando los pedales- presiona el freno y mueve la palanca hasta donde está la "D"- ella lo hizo y la camioneta comenzó a avanzar levemente- ahora sólo acelera y mantén firme el volante- asintió de nuevo y la camioneta comenzó a tomar velocidad- Roberta...

Roberta: ¿Qué pasa?- preguntó sin despegar los ojos de la carretera, sus manos temblaban y su respiración comenzaba a acelerarse.

Christopher: no vayas a matarnos...- lo miró por unos segundos y sonrió levemente tranquilizándose un poco.

Roberta condujo unos minutos hasta que a lo lejos pudieron ver el pueblo, ella sonrió alegre mientras él hacía hasta lo imposible por permanecer despierto.

Christopher: cuando tengas que detenerte... pisa el freno... y mueve la palanca a "P"- Roberta lo miró de reojo.

Roberta: aún falta para eso, todavía no llegamos al pueblo.

Christopher: lo sé, pero quiero... que sepas que hacer... porque... estoy a punto de desmayarme- susurró con voz apagada.

Ella notó como su cabeza caía apoyándose en el cristal de la ventanilla, lo llamó asustada pero él ya no respondió.

Aumentó la velocidad y en cuanto llegó al pueblo comenzó a hacer sonar el claxon para que todos salieran del camino, llegó a la plaza y se detuvo frente a la clínica de Alfonso.

Sonó el claxon varias veces antes de bajar de la camioneta, Poncho salió corriendo al igual que Omar y Anahí.

Poncho: ¿Qué pasó?

Roberta: Christopher está herido... le dispararon en el hombro- los dos hombre corrieron hacia la camioneta y abrieron la puerta despacio, Poncho lo tomó deteniendo su caída al abrir la puerta- perdió mucha sangre y acaba de quedar inconsciente.

Poncho asintió preocupado y con ayuda de su amigo cargaron a Chris al interior de la clínica, Roberta estaba detrás de él temblando y con lágrimas en los ojos que ni siquiera había notado.

Anahí: tengo que revisarte...- dijo deteniendo a la pelirroja.

Roberta: yo estoy bien, debes ayudarlos...- respondió nerviosa

Anahí: ellos pueden hacerlo, tú debes calmarte....

Roberta: estará bien... ¿verdad?

Anahí: pronto lo sabremos- dijo comenzando a revisar a su amiga.

Roberta: él recibió una bala por mí...- susurró impactada y Anahí sólo sonrió levemente.

Veinte minutos después Poncho salió de la habitación al igual que Omar.

Omar: ¿estás bien?...- ella asintió.

Roberta: ¿cómo está Chris?- le preguntó a Poncho.

Poncho: está bien, perdió mucha sangre pero ya se está recuperando... lo trajiste a tiempo Rob- ella suspiró aliviada.

Roberta: ¿puedo entrar a verlo?

Poncho: claro, está dormido pero háblale... sabrá que estás ahí- Roberta asintió- avisaré a la hacienda, oscurecerá pronto y seguramente los están esperando.

Ella entró en silencio y se sentó a su lado tomando su mano.

Roberta: Poncho dice que puedes escucharme... y que debo hablarte...- suspiró profundamente- pero la verdad es que no sé que decirte... yo sé qué tal vez estás harto de reclamos y reproches, pero es que me lastimaste mucho...- limpió la lágrima que caía por si mejilla- estoy segura que me quieres, pero aunque te empeñes en negarlo sé que también la quieres a ella... puedo notar como la miras y es muy evidente... ella es tu esposa y tú la quieres, por eso me alejé, para que no tengas que elegir... no es fácil verte con ella porque te quiero... con toda el alma- se inclinó para besar su mejilla y después con mucho cuidado logró recostarse a su lado, apoyó lentamente su cabeza en su hombro izquierdo y pasó levemente el brazo sobre su pecho entrelazando sus dedos con su mano libre.

Cerró los ojos y suspiró profundamente disfrutando su aroma y tratando de relajarse un poco.

Él abrió los ojos cuando estaba seguro que ella no podría verlo y una pequeña lágrima descendió por su mejilla, había escuchado todo lo que ella dijo y le dolía mucho tener que lastimarla de esa manera.

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