37. Nueva vida

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Aras tomó mi nuca con su mano izquierda y con la mano derecha el mentón, se acercó tanto que podía sentir su respiración, hasta que comenzó a cerrar los ojos.

Yo moví mi rostro en dirección contraria, evitando me diera el beso.

- ¿Qué haces? - dije

- Lo siento - mirándome - confundí las cosas - alejándose de mí.

Yo de inmediato cerré la puerta.

Me quedé recargada sobre la misma, meditando el extraño comportamiento.

En pasos torpes, bajó Bill frotándose los ojos.

- ¿Qué pasa amor? -

Me quedé unos segundos callada, tocando la cutícula de mis uñas.

- Nada, me pareció escuchar que tocaban la puerta - terminé, mientras lamía mis heridos labios.

- ¿Quieres comprar algo para ver películas? - dijo.

- Yo estoy bien, pero si quieres vamos a comprar algo - dije acomodando la bata.

- Bien, arriba hay ropa para ti amor, ponte algo cómodo y nos vamos - sonriendo, me encanta su sonrisa, me hace sentir como si todo estuviera bien y nada malo pasara.

Subí a la habitación y de una cajonera, saqué una playera y de otro cajón de la misma, saqué un jogger azul marino.

Me desvestí completamente, quitando delicadamente la bata, evitando lastimar más mis heridas, ya completamente desnuda, recordé que había olvidado buscar unas bragas.

Abrí el último cajón, pero nada.

- Me gusta esa pose tuya - escuché desde la puerta.

Al voltear mi cabeza, vi a Bill recargado sobre el marco de la puerta, mordiendo uno de sus pulgares, de inmediato sumí mi barriga y sentí como mis mejillas se tornaban calientes.

- No te vistas, mejor - pronunció.

Camino rápidamente en dirección mía para besarme tan apasionadamente, que parecía su vida dependía de ello.

Posó sus manos sobre mi espalda, bajando poco a poco hasta mis glúteos, mientras sentía su cálida lengua tocando mis labios;

- Ponte sobre baúl - dándome media vuelta.

Yo solamente seguí sus indicaciones, puse mis brazos sobre el baúl que estaba en la parte inferior de la cama.

Comenzó a besar mi cuello, por su parte posterior para ir bajando poco a poco, poniendo sus dedos sobre mis pezones, abrió solamente el cierre del pantalón y sacó su pene, para comenzar a rosarlo en mi vulva.

Sin avisar, se alejó de mí, en ese instante moví mi cabeza para observar que hacía, introdujo su pene en mí.

Apoyé fuertemente mis codos sobre el baúl, dejando que Bill se descargara.

Puso sus manos sobre mi cadera y sus movimientos de embestida se tornaron más rápidos y enérgicos, podía sentir el sudor de Bill caer por la lumbar, ésto hacía me excitara más, que comencé mover mis caderas en círculos.

- N..noo.. - pronunció él - Harás que me venga - entre jadeos.

Seguí moviendo mis caderas y cerrando mis piernas, él continuó entrando y saliendo de mi, hasta que el orgasmo se apoderó de ambos, dejando fluir todo.

Embistió por última vez y apoyándose sobre mí, tomó mi mentón terminó besándome.

- Me encantas - dándome un beso de nuevo, pero ésta vez en la mejilla.

Se separó de mí y se acostó sobre la cama.

Tomé la bata del suelo y me cubrí, cuán insegura mujer que soy.

- No te cubras, eres perfecta así - dijo mientras se sentaba en la orilla de la cama.

- No soy perfecta, además que vergüenza - dije abrochando la bata.

- Mmmm, lo digo en verdad, es más, no te pongas sostén - dijo entre risas.

- Estás muy pervertido - mientras abría un cajón - ¿Dónde están las bragas? - dije mirándolo.

- Ah, tiré toda tu ropa interior y compré tangas y cosas sexys - haciendo facie indiferente.

- ¿QUEEE? Yo nunca he usado esa ropa interior -

- Tendrás ya que usarla o no usarla - sonriendo de lado.

- Bueno, ¿Dónde están? - dije en tono de resignación.

- En el cajón de arriba - señalando.

Al abrir el cajón, me percaté que solo había boxers de encaje y unos bikinis.

- Eres un bobo - mientras me ponía la ropa interior.

- Al menos tengo tu aceptación de usar cuándo te compre - riendo.

Me vestí rápidamente y decidí no pintarme.

- Estoy lista amor - apoyándome sobre la cama.

- Corre - hay una película que muero por ver.

- Levantate flojo - mientras tomaba su nariz entre mis dedos índice y pulgar.

- Me dejaste exhausto - torciendo sus ojos hacia arriba.

- Bueno, yo también, me acostaré -

- Noo, ya vámonos - levantándose de inmediato.

Me levanté junto con él.

Mientras salíamos, escuché un celular sonar, Bill sacó su aparato de entre su bolsillo y respondió cuando estaba apunto de abrir la puerta para salir.
Yo me recosté sobre el sofá y esperé hasta que terminara de hablar.
Cuándo terminó su llamada, volteó a verme algo serio y dijo:

- Amor.. Tendré que irme a las grabaciones de la serie en Netflix - haciendo una mueca de lado.

Embriagame en tu mirada [Bill Skarsgård]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora