Capítulo 10: El sexto oscuro

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Stefan

Murmuro insultos al vacío, aunque sé que nadie me escucha tengo ganas de gritar mil maldiciones a la vez, voy a explotar por dentro y solo quiero verlo de nuevo para romperle la mandíbula de un puñetazo.

Jamás esperé ver a Amón en la lejanía, es más, en un principio pensé que estaba alucinando, pues... ¿Qué hacía el sexto oscuro aquí? Los oscuros no pueden pisar la tierra mientras esté en mi prueba, y mucho menos atentar contra mi víctima.

Emma está en mis brazos inmóvil, luce tan débil y asustada, sus ojos están cerrados, pero su expresión es de auténtico terror, como si estuviera teniendo una pesadilla; ella no sabe que los monstruos también pueden salir a mitad del día y que cuando abra sus ojos verá a uno real.

La estrecho contra mi pecho de forma involuntaria y camino con más rapidez, si no hubiese intervenido ya estaría muerta y esa idea no me agradaba en absoluto. Primero, porque mi prueba quedaría incompleta, no habría nada que evaluar porque no hubiese muerto por mis trucos. Segundo, esa forma no era la indicada para que Emma muriera, una chica tan extraña, compleja y con tantos misterios merece una muerte más dramática que un simple accidente automovilístico.

Merece una muerte o una vida tan hermosa como su rostro.

Sé que sus días están contados, pero las ganas de desenmascarar sus misterios son cada vez más fuertes, no necesito palabras ni miradas, solo con el hecho de tenerla cerca ya quiero conocerla, así que planeo usar cada día y hora que tenga disponible.

No entiendo como Lucifer permitió que uno de mis hermanos se metiera en mi misión, pero no quiero ni saberlo. Sé que mis actos traerán consecuencias, todavía no se me olvida la expresión en el rostro de Amón cuando corrí a salvar a la chica, si hubiese tardado un segundo más, Emma Clare habría muerto en esa carretera.

Quiero a Emma lejos del alboroto cuando despierte, el auto que iba a impactar contra ella terminó chocando con uno del otro carril, este a su vez perdió el control y atropelló a varios peatones en la cebra. Todo es un desastre y odio los desastres.

Amón no puede volver a intervenir en mi misión, no se lo permitiré. Estoy ansioso por demostrarle mi valor a Lucifer y obtener mi don, sé que grandes cosas me esperan y que Lucifer lo sabe, ¿Por qué otro motivo sería su favorito?

Dejo de correr cuando me adentro en un parque lleno de árboles, el lugar está prácticamente vacío y es tranquilizante. No conozco muy bien el mundo mortal, solamente lo he explorado un par de veces mientras acompañaba a mis hermanos a recoger almas, y a armar caos necesarios para poner a prueba la resistencia y respuestas de los mortales.

No mentiré, siento curiosidad por conocer más de lo que siempre me han mostrado y he creído, pero este no es el momento para eso, en esta semana no podré alejarme de mi victima hasta que la prueba se complete; desde que salió su nombre en la ruleta y su rostro apareció en mi cabeza, estoy condenado a estar a su lado hasta su muerte.

Encuentro una banca lejana y escondida, me incorporo con cuidado y acuesto a Emma en ella, acomodo con excesivo cuidado su cabeza en mi regazo y sin desearlo me quedo observándola mientras sus ojos están cerrados. La estudio, la detallo, no dejaré de repetir que es hermosa, pero sin esa peluca y esos lentes, es tres veces más hermosa. Alejo varios mechones de cabello de su rostro.

Emma se ve tan frágil, su rostro pálido, sus pestañas abundantes y negras, sus mejillas naturalmente sonrojadas que le dan cierto aspecto de ternura, sus labios delgados, finos, con una forma muy definida y perfecta, además de un color rosa pálido muy particular. La forma de su cara es delgada y delicada. Recuerdo que no solo se ve frágil, lo es.

Se nota a leguas que odia que las personas finjan, pero ella es la reina de las mentiras, se calla lo que quiere gritar, aguanta golpes que quiere devolver y actúa de forma muy diferente a la que piensa. No sé cuánto tiempo me quedo observándola, pero de repente alejo la mirada con brusquedad. ¿Qué me ocurre?

Todo parece perfecto en ella, pero su sangre lo arruina, la chica es una nefilim, una mestiza; algún ángel aburrido se divirtió con una mortal dejando su semilla. Los ángeles son seres perfectos sin necesidades físicas ni humanas, así que generalmente cuando se acuestan con los humanos lo hacen por curiosidad y diversión, solo por querer mostrar su superioridad de raza.

Lo repulsivo es que la fuerza que emplean los ángeles en el acto la mayoría de veces mata al mortal, y si no, la deja gravemente herida y con una criatura en su vientre. Sin contar que la mayoría de los mortales no soportan el parto y fallecen al instante junto con la criatura, Por tal motivo los nefilims son muy pocos.

Algo en común entre los ángeles celestiales y los infernales son que ambos adoran la diversión mortal, pero los ángeles celestiales son un poco más delicados, aunque eso no cambia el resultado de sus acciones; los infernales son más bruscos y violentos, le encantan ver el sufrimiento de los mortales en el acto. Sean ángeles del cielo o del infierno ven a los mortales como... nada.

Pero... Emma no parece una nefilim, nunca he escuchado que una nefilim tuviera tanto poder como para detectar presencias angelicales, además su físico es muy extraño; el color de su cabello y de sus ojos no es algo común ni para los nefilims. Agregando que ellos nunca dejarían a uno de los suyos sin su protección, y Emma se encuentra prácticamente sola viviendo con una Nefilim que al parecer ya no tiene poderes.

Para mí ha sido complejo convertirme en mortal, no he pasado para nada desapercibido y es difícil hacerse pasar por un chico común y corriente; pero, al menos sé exactamente qué hacer con Emma, quiero que sea algo gradual, destruir su corazón poco a poco, conozco algunos puntos débiles de todos los mortales y estoy empezando a jugar con estos... pero todo con lentitud para que me dé tiempo de disfrutar un poco de su compañía.

Miro nuevamente a la chica y una pequeña sonrisa casi imperceptible surge en mis labios.

Tentando al Ángel | 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora