Capítulo 30: Por la misma sangre

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Stefan

— ¡Mierda! —grito desesperado mientras empiezo a patear el césped.

Estoy en el único lugar donde nadie me encontrará, en nuestro lugar. No quiero alejarme mucho de Emma, tampoco es que pueda hacerlo, pero necesito este tiempo a solas para pensar en que carajos voy a hacer ahora que la verdad ha salido a la luz.

Hoy llegué demasiado lejos, no pude controlarme cuando se abalanzó a mis labios, la lógica se fue y disfruté cada beso y caricia que ella me regalaba.

Pude haberle hecho daño. Intenté controlarme, mantener a raya mi fuerza, estuve conteniéndome para no lastimarla, sin embargo, ya entiendo a mis hermanos cuando hablaban de que el sexo es algo que te arrebata la cordura.

Estoy demasiado frustrado por todo, Clarissa ya lo sabe, aunque no sé cómo, fui cuidadoso, limpié cada rastro que pudiesen seguir, estuve horas creando ilusiones en la mente de Walker para que todo fuera más realista; la única conclusión a la que puedo llegar es que Clarissa no ha perdido sus poderes, sino que es más poderosa de lo que imaginaba.

No quiero perderla, simplemente no puedo perderla, no quiero volver a no sentir. Quiero estar a su lado y es egoísta de mi parte, Emma está mejor sin mí, pero jamás he sido alguien que le importe pensar en los demás, así que me quiero quedar, no me importa que me ame o me odie, me quedaré, y más ahora que todo el infierno irá tras ella por ser mi perdición.

He estado a punto de confesarle la verdad a Emma varias veces, he planeado mentalmente mi discurso, siempre finalizando con un "Te amo, no sé cuándo inició ni cuando acabará, no sé si es real o una ilusión, no sé ni siquiera lo que significa, pero te amo"

Lo que sucedió esta mañana me sigue afectando, jamás había sentido tal pasión o necesidad por alguien y mucho menos estas ganas de querer adorarla con mi cuerpo y hacerle olvidar hasta su nombre. No sé qué me está pasando, ya estoy completamente jodido.

Ya no tengo la oportunidad de explicarle a Emma las cosas desde mi perspectiva, claro que planeaba ocultarle muchos datos para que no saliera corriendo asustada; ayer intenté contarle y se me salieron las cosas de las manos, sigo sorprendido como perdió la memoria y lo olvidó todo, fue conveniente para mí, pero complica mucho más toda la situación.

¡Maldita sea! Se supone que los oscuros no podemos sentir amor, dolor o arrepentimiento, no podemos sentir nada que nos haga débiles... quizá era para evitar esto.

Lo único que me consuela es saber que Clarissa no podrá contarle a Emma de la ruleta, es imposible que lo sepa, ningún nefilim está al tanto de esa actividad, es algo que se ha mantenido solo para los ángeles. Si no me hubiese puesto a jugar como mortal nada de esto hubiese pasado, yo mismo provoqué mi desgracia y la de Emma.

Estoy desesperado, debería haberme quedado a su lado, debería volver, pero tengo miedo de que si lo hago ella me rechace, o que la bruja loca de su madre haya puesto algún tipo de protección para que no me acerque.

Los nefilim al ser hijos de ángeles también tienen poderes, limitados, pero los tienen; la mayoría nace solo con pocas habilidades, fuerza, poder para recuperarse, muy pocos tienen verdaderos dones como la inmortalidad, la hipnosis u otros.

Lo que dijo Clarissa acerca de las protecciones me aclaró la mente, ella es una de esas nefilims que tiene dones más allá de los comunes. Todavía no sé cuáles son específicamente, pero deben ser fuertes para que ni ángeles ni nefilims pudieran rastrearlas.

Sé que Clarissa también dirá su verdad a medias, Emma no sabe quién es verdaderamente su madre, no sabe que ha vivido con alguien que también es diferente y se esconde. Además, ella cree que Clarissa es su madre biológica sin saber que todos los nefilims son infértiles, es una especie de maldición que Dios y Lucifer colocaron, ya que no les convenía la extensión y poder que puede llegar a tener esa raza, es mejor tenerlos controlados.

Tentando al Ángel | 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora