Capítulo 33: Sé que estás ahí

3.9K 168 3
                                    

Pensé que nada podía ser peor, pero me equivoqué; al parecer hay demonios por mi casa, mi madre está desaparecida y la persona de la que estoy enamorada es hijo de Lucifer, además se acercó a mí con el único propósito de destruirme. Sí, mi vida oficialmente es un asco.

Hace media hora estamos en silencio, estoy sumida en mis propios pensamientos en estado de shock, mi cabeza apoyada en la pared opuesta donde se encuentra el cadáver. Acabé de vomitar olímpicamente y le prohibí a esos dos acercarse a mí, necesito tiempo a solas.

Estoy decepcionada, defraudada, pero intento ocultarlo tras la rabia. Es irónico que la única persona que me hacía sentir viva me quisiera muerta. Hace unas horas mis problemas eran netamente idioteces adolescentes y ahora me entero de que siempre viví llena de mentiras, mi existencia es más complicada de lo que parece.

—Tú hipnotizaste a mis amigos —son las primeras palabras que pronuncio desde que terminó su relato, no necesito que me lo confirme, ni tengo dudas al respecto, solo quiero decirlo en voz alta.

—Llegué a tu vida el domingo, estuve invisible y me percibiste, sé cómo te debes sentir, pero yo también estoy sorprendido por como sucedió todo.

—Puff —bufo—. No creo que sepas ni por un segundo lo que yo siento —giro bruscamente para enfrentarlo—. Ninguno de los dos lo sabe.

—Solo cumplía mi tarea, es lo que soy, para lo que fui creado.

— ¿Y qué cambió? —pregunto endureciendo mi mandíbula, aprieto mis manos en puños a los costados—. Ni me respondas, te enamoraste de mí —soy cruel, brusca, directa, me he cansado de rodeos sin sentido.

—Emma me enamoré, lo juró, no me importa el infierno, no me importa... —Me acerco rápidamente a él y le cruzo la cara con una cachetada, no quiero ni verlo.

Esto es peor que Brad cuando dijo lo mismo, porque ambos se parecen en algo, ambos me mintieron, me usaron, me engañaron, pero al menos Brad no fue consciente de todo lo que hizo para herirme porque Stefan lo provocó, en cambio, Stefan sabía desde un inicio lo que quería. Herirme. Matarme. Por mucho que me quiera no cambiará nada.

—Lo único que quiero escuchar es donde carajos está mi madre —gruño entre dientes—. Después de eso quiero que te largues lo más lejos que puedas.

—Solo quiero ayudarte. Jamás pensé que Amón intervendría tan rápido y de esta forma, ya me lo había advertido, aun así, creí que tenía más tiempo.

—Claro, jamás pensaste que tu maldito hermano enfermo capturaría a mi madre y haría esto —señalo el cadáver—, pues déjame decirte que yo tampoco.

—Prometo que no volverás a saber de mí, cuando estes a salvo me iré.

—Ella jamás estará a salvo —interrumpe Leonard—. Todo el infierno estará tras su búsqueda.

— ¡Genial!

Se escucha un estruendo que nos calla a todos, el piso tiembla a mis pies y por instinto me acerco a Leonard. Todas las luces se apagan.

—¿Qué está pasando? —pregunto.

— ¡Tenemos que salir de aquí, pero ya! Se activará el sistema de segurid... —un grito desgarrador y demasiado agudo hace que me tape los oídos.

— ¡Corran! —grita Stefan justo cuando parte del techo cae sobre él.

— ¡Stefan! —chillo e intento correr hacía él, Leonard me detiene y noto por qué.

Encima de la pila de escombros hay una mujer con el traje de sirvienta, está apoyada en cuatro mientras gira su cabeza haciendo crujir sus propios huesos. Los escombros tiemblan y explotan, Leonard me cubre con su cuerpo cuando Stefan sale debajo de los escombros y ataca a la mujer.

Tentando al Ángel | 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora