¿Exageré? Solo pienso en eso mientras camino hacía mi casa. No soy perfecta, cometo errores y sé admitirlos, pero con Stefan todo es más complicado de lo que parece a simple vista. Como siempre, mi memoria me juega malas pasadas y por mucho que intento reproducir el incidente de la carretera, todo es borroso y confuso.
Cuando llego al portón de mi casa un guardia me identifica casi a los segundos y me deja pasar, no sin antes lanzarme una mirada extrañada, la regla la saben todos: no debo salir sola... nunca.
Del portón a mi casa hay un bello camino de diez minutos a pie, nuestra fortaleza está fabricada para ser mi mundo, es hermosa, no lo niego, hay un camino ancho de dos carriles y a los lados los jardines gigantes que tanto ama mi madre.
Toda la propiedad está encerrada por una alta reja y la única manera de entrar es por ese portón. Cuando llega alguien el guardia hace reconocimiento facial y pide identificaciones, también requisa y revisa que las personas no traigan consigo armamento. Pocas personas están en la base de datos y pueden entrar con menor protocolo.
Cada vez aminoro más el paso para disfrutar de los recuerdos que me evoca este camino, todos positivos gracias a mi padre. Nuestro juego favorito eran las carreras, corríamos de un lado a otro y colocábamos diversos obstáculos. Otra de nuestras actividades favoritas era remar en el lago que se encuentra detrás de la casa, hay otra reja que los separa y para entrar se necesita una llave especial que ahora tiene mi madre en su poder. El lugar favorito de mi padre quedó prohibido cuando él falleció.
A veces me pregunto de que nos sirve tanto dinero si somos presas de él, mi hogar podría ser decorado con oro, pero siempre seguirá siendo una prisión. Una prisión solitaria, nostálgica y llena de secretos. Siento que no sé nada de mis padres, de lo que fueron antes de tenerme, sus familias, si eran adinerados desde siempre o tuvieron que trabajar para lograrlo.
Tampoco es algo que me interese, la única vez que me atreví a preguntar al respecto, mi madre me dijo que tuvo que dejarlo todo por mí, porque mi seguridad siempre ha sido lo más importante.
Mi padre era un hombre honorable en todo sentido, amaba a su familia, y trabajaba muchas veces en casa para pasar tiempo conmigo. También era la única persona que me apoyaba sin rodeos, siempre decía que yo era su angelito. Para él siempre fui su milagro, un milagro que no lo pudo salvar, porque ni siquiera para eso sirven mis poderes.
Alzo la vista y me doy cuenta de que ya estoy en la entrada de mi casa, saco mis llaves y abro la puerta conteniendo la respiración, desde afuera siento la desesperación y furia que impregna el lugar.
Entro en mi casa y mis dos guardianes me reciben con los brazos cruzados y malgeniados.
— ¡Emma Clare! —grita mi madre—, me puedes explicar por qué estás en las noticias. ¿Sabes lo que sentí cuándo vi a mi única hija en el lugar dónde ocurrió un accidente? ¡Y tras del hecho abrazada a un desconocido!
Lo esperaba, claro que lo esperaba, soy consciente que me grabaron, mi imagen debe estar en todas las pantallas y las teorías equivocadas en las bocas de todos.
No pronuncio ninguna palabra, no quiero gastar energías, ella no me va a escuchar, solo me juzgará hasta hacerme sentir más culpable. Suficiente tengo con el recuerdo de las emociones de todas aquellas personas desesperadas y sufriendo.
Clarissa se acerca rápidamente a mí y me agarra de la muñeca con fuerza. Dejo que me guie cuando subimos con prisa las escaleras, no me quejo, no hago ni una sola mueca de dolor, no demuestro mi cansancio, solo finjo no sentir nada cuándo siento de todo.
Entramos en mi habitación y me suelta con brusquedad, camino hacía mi cama y me siento en ella, bajo mi rostro y observo mis manos retorcerse mientras los regaños continúan.
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Tentando al Ángel | 1.0
Fantasy//TERMINADO// Dos almas. Una maldición. El hijo favorito de Lucifer encontrará su tentación en una de sus víctimas, y desde ese momento todos sus planes quedarán destruidos. ¿Podrá Stefan cumplir con su propósito o desatará la furia del infierno por...