Capítulo 5

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-¡Despierta ya mierda!-exclamó una voz, abofeteandome ligeramente las mejillas.

-Pero qué coñ...-me incorporé bruscamente en la cama.

Me topé con unos ojos azules y otros verdes que me miraban. Mi hermana me zarandeaba.

-¡Gemma!-exclamé, con la típica voz ronca de por las mañanas.-¿Porqué me despiertas así?

-¡Llegas tarde!Vengaaaa, a la ducha.

Me tendió una toalla y me empujó hacia el baño.

-En menos de 10 minutos te quiero abajo desayunando.-y cerró de un portazo.

Aún dormido, me duché y con una toalla enrollada a la cintura busqué algo para vestirme. Abrí el armario y busqué alguna cos para ponerme.

LOUIS PDV

Me encontraba en la habitación, buscando mis zapatos por el suelo. Recordaba haberlos dejado a un extremo de la cama pero no los encontraba. Un soñoliento Harry irrumpió, sin que se diese cuenta de mi presencia, revolviendo en los cajones y en las perchas cogiendo ropa. Apenas iba con una toalla cubierto y si me pillaba allí, se pensaría que le estaba espiando. ¿Mi solución? Esconderme debajo de la cama.

Aguanté la respiración y en mi limitado campo de visión vi como se cambiaba. Su espalda era fina, con una marcada línea vertical que lo recorría de arriba a abajo y al final de ésta, dos hoyuelos que se me antojaron encantadores.

Cuando se despojó de su toalla, aparté la mirada. Pasaron unos cuantos minutos y sólo cuando oí la puerta abrirse y él salió, me atreví a salir de mi escondite.

Rodé hacia la izquierda hasta quedarme bocabajo y me quedé unos momentos tumbado. Aquella era sin duda el mayor acto de cobardía y de immadurez que había hecho en mi vida.

Desde la vista que tenía, vislumbré mis Vans, estaban al lado de la silla del escritorio.

Almenos las había encontrado.

HARRY PDV

Bajé a la cocina, secandome el pelo. Tan sólo estaba Gemma, con un bol de cereales enfrente suyo, que supuse que eran para mí.

-¿Y Louis?-pregunté, extrañado de que no estuviera allí.

-¿No estaba contigo?

-No, puede ser que haya ido al baño.-dije, aunque no recordaba habérmelo cruzado en el pasillo.-¿Qué hora es?

-Menos cuarto.

-¿Pero qué?¿Tan tarde?-casi escupo lo que tenía en la boca.

Y en ese momento bajó Louis, con la cara un poco sonrojada y el pelo revuelto.

-¿Pasa algo?

-¿Qué tendría que pasar? Tan sólo he ido al servicio.-respondió nervioso.

-¿No desayunas?

-Ya lo he hecho mientras tú dormías como un lirón.-bromeó.

Acabé la comida y cogiendo la mochila, salimos, un poco apurados de tiempo.

-Por cierto hermanito, recuerda que esta tarde no estaremos en casa. La tenéis para vosotros dos solitos...

Si las miradas pudieran asesinar, ella ya estaría desangrándose en el suelo.

-Adiós .-contesté seco.

Revisé mi móvil y vi que tenía un mensaje nuevo de hacía 3 minutos.

El Intercambio~Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora