El Intercambio~Larry Stylinson

Capítulo 16

Habían pasado tres semanas desde la última vez que vi a Louis. No cambió mucho en ese corto período de tiempo, siempre procurábamos de llamarnos casi todos los días o reservarnos almenos unos minutos para videollamar. Liam finalmente se mudó a Chesire y lo incorporamos enseguida con nosotros.

Comencé a trabajar de nuevo en una panadería, trabajo que no me fue difícil conseguir por haber tenido experiencia anteriormente. Una parte del salario lo destinaba a los gastos de la casa pero secretamente, la otra parte la guardaba en una caja debajo de mi cama para ahorrar lo suficiente como para visitar a mi querido novio.

Al día siguiente era mi cumpleaños y estaba nervioso. No nervioso por mi cumple pero sí nervioso porque tendría una ''sorpresa'' muy especial. Louis me prometió que me visitaría. Ese día cumpliriamos un mes y le regalaría algo muy especial ¿Podría ser más perfecto?

Y ahí estaba yo, con los pelos de punta y al borde de la histeria, arreglando hasta el último detalle.

-Pero ¡Mamá! Coloca las flores en el centro de la mesa y pon el tapete bien plano ¿Lo tengo que hacer todo yo?

-Para lo que nos interesa si que ayudamos ¿No?

Bufé y fui a ordenarlo yo. Miré el reloj, en menos de 12 horas estaría aquí. Fui corriendo a mi cuarto para retocar todo perfectamente. Bostecé y decidí tumbarme un rato para descansar. Solo 5 minutitos.

                                                               -***-

-Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz...-canturreó alguien.

Desperté súbitamente algo confuso sin saber que estaba pasando.

-Te deseeeo yoooo solooo

Mis ojos conectaron con unos azules penetrantes.

-Cumpleaños feliz...

-¡Mierda!¡Louis!

-¿Tan poco te alegras de verme?-hizo un pucherito adorable.

-No! No es eso, yo solo me quedé dormido y... lo tenía todo planeado... ¡Mierda!

-No planees tanto mi amor, que luego suceden improvistos.

-Voy a ducharme, esperame abajo.-pedí

-¿Ni siquiera vas a darme un beso?

-Lo siento.-me excusé- aliento matutino.

Rió, oh, como había echado de menos esa risa.

-¿Te preparo algo?-gritó desde el piso de abajo.

-Un capuccino porfaplis.

Creo que jamás había tardado tan poco en hacer todo. Una vez que me consideré limpio y aceptable, bajé y dejé la toalla en la mesa del comedor para buscar a mi novio y darle su tan prometido beso. Lo encontré en la cocina echándole azúcar a lo que supuse que era mi capuccino. Levantó la vista cuando notó mi presencia y sonrió.

-Su bebida está lista, cumpleañero.

Se movió hasta un extremo mío para darmelo y entrelazar mi mano libre con la suya.

-Ahora eres legal mi bebé.

-Entonces ya no me puedes llamar bebé. Mmmm... esto está riquísimo.

-Siempre lo serás.

Acabé de un trago y carraspee para darle una noticia importante.

-Lou.-le llamé suavemente.

-¿Sí?¿Pasa algo?