Capítulo 31

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LIAM PDV

-¡Agarrate fuerte!

Chillé por la adrenalina del momento, abrazandome a la chaqueta de cuero negro que envolvía a mi amado. Con mi nariz en su nuca, justo en el nacimiento de su cabello, aspiré su delicioso olor tan dulce. La moto discurría veloz por debajo de nuestros pies, alejándose de la ciudad a una velocidad rápida. Con temor a caerme, cerré los ojos, me apreté más fuerte y dejé reposar mi cabeza entre sus omóplatos.

No me esperaba esto, Zayn esta mañana me envió un simple mensaje: ''Paso a recogerte a las 10, estate preparado:)'', sin más explicaciones, sin mas aclaramiento. Y yo como bobo, había confiado en ciegas en vez de preguntar o averiguar el motivo. Confiaba en él y eso era suficiente, pese a que el destino para mí fuera desconocido.

Aparcó en medio de un bosque y suspiré de alivio, bajandome con piernas temblorosas. La moto no era mi vehículo favorito, desde luego. Sacó una manta y me hizo una seña para que le siguiera. En misterio era único y original, desde luego. Tropecé con unos arbustos bajos y maldecí mis dos pies izquierdos. Las ramas me arañaban la cara y los brazos desnudos, irritandome la piel.

A punto de caer estuve pero el heroico Zayn estaba ahí para rescatarme cuando lo necesitaba. Llegamos a una explanada preciosa iluminada por la luna, que esa noche estaba llena. Colocó la manta justo en el centro y me invitó a sentarme al lado de él.

-Esto es prec...

-Shhh.-me calló, posando su índice en mis labios.

Arquee la ceja en signo de interrogación pero pronto comprendí a lo que se refería. Cientos de lucecitas comenzaron a aparecer intermitentemente en aquél lugar. Algunos volaban, otros estaban en la hierba o en las hojas de los árboles, parpadeando, en constante movimiento.

-¡Luciérnagas!

-¡No!

Las lucecitas se apagaron súbitamente, alertadas por el ruido.

-Les gusta el silencio. -me avisó.

-Tarde.

Intenté mantener el semblante serio pero me dio un ataque de risa por la cara tan graciosa que tenia Zayn en aquél momento. Se sumió a mis carcajadas hasta casi quedarnos sin respiración. Me tumbé para recuperar la compostura, tomando largas bocanadas de aire. Él me observaba con una expresión divertida, apoyándose con un brazo en el suelo y el otro encima de su rodilla flexionada.

Depositó una florecilla amarilla en mi pelo y sonrojado, intenté desenredarla de mi cabello. Repentinamente, me agarró de ambas muñecas, sujetándolas por encima de mi cabeza y se recostó encima mío su boca deseosa a escasos centímetros de la mía.

Sin que pudiera contenerlo, me salió un ronco gemido desde lo más profundo de la garganta que pareció motivarle a hacer el siguiente paso.

-A la mierda.-gimió.

Unió los labios en el tan anhelado beso. Fue como una descarga eléctrica y un subidón de adrenalina juntos. Me levanté sobre mis codos para que no estuviera en una postura incómoda y se abrazó a mi torso, recorriéndolo suavemente. Los chasquidos de nosotros separándonos para volvernos a juntar era lo único que se oía.

Y el aire se volvió a hacer presente entre nosotros dos, él volviendo a su postura inicial, alejado de mí, indiferente. ¿Acaso esto no había significado nada para él?

Tenía ganas de llorar y largarme de ahí. ¿Porqué?¿Porqué siempre me besaba y luego hacía como si nada hubiera pasado? Estaba cansado de su juego de tira y afloja. Ahora me importas, ahora no. Me sentía utilizado y como si jugaran con mis sentimientos.

El Intercambio~Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora